La continuidad excepcional de la actividad en la central térmica de As Pontes dependerá de que, en el contexto geopolítico actual, se pueda garantizar el suministro eléctrico. Así lo señaló ayer la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante una entrevista en Onda Cero donde incidió en que mantener abierta la planta pontesa es el escenario menos deseable para el Ejecutivo central.
De esta forma, Ribera explicó que “en un horizonte como este” –en referencia a la crisis de suministro de gas por la guerra de Ucrania– es necesario “reforzar los planes de contingencia, como nos recuerda la Comisión Europea”. Para ello, aseveró la ministra, se ha solicitado un informe a Red Eléctrica, como operadora del sistema energético, sobre la situación actual del mercado eléctrico y, en base a este, si “se debe introducir algún límite adicional al cierre de la central térmica de As Pontes”. De esta forma, apuntó Teresa Ribera, si Red Eléctrica mantiene que es posible mantener el 100% del suministro sin la central de As Pontes, “no tiene sentido mantenerla abierta”.
Asimismo, la titular de Transición Ecológica explicó que la continuidad de las instalaciones pontesas supondría numerosos problemas tanto a nivel local como estatal. En el primero de los casos, apuntó Ribera, la decisión conllevaría “retrasar un proceso que beneficia a los vecinos de la comarca, donde ya se han identificado algunos proyectos industriales muy interesantes” –en referencia a las plantas de hidrógeno verde de Reganosa o la fábrica de biomateriales de Ence–. En el segundo, la problemática partiría de los altos costes que supondrían mantener abierta la central a nivel de actuaciones y de adquisición de combustible –recordando, de esta forma, que el carbón a día de hoy “está extraordinariamente caro en los mercados internacionales”–; unos gastos que tendrían que sufragarse con fondos públicos.
No obstante, concluyó la ministra, de ser firme el informe de Red Eléctrica sobre la necesidad de la planta para garantizar el suministro, el Gobierno estudiaría “en qué condiciones” y como podrían afrontarse los costes para continuar con su actividad.
Como no podía ser de otro modo, las declaraciones de Ribera y la incertidumbre en torno a la decisión de Red Eléctrica generaron reacciones encontradas a nivel autonómico y local.
Por un lado, el conselleiro de Economía y vicepresidente primero de la Xunta, Francisco Conde, aprovechó la ocasión para volver a cargar contra el ejecutivo central, al que acusó nuevamente de llevar a cabo una transición energética acelerada y sin planificación. Así, el vicepresidente aseveró que esta era “unha mostra máis dunha política improvisada, onde o Goberno non quere tomar decisións” y que está buscando “unha xustificación” para mantener la central operativa. “Nós o que esperamos é que tanto o Goberno como Endesa tomen decisións con claridade e transparencia (...); primeiro para saber si realmente se vai manter a súa actividade, e en segundo lugar para gantir que os diferentes proxectos nos que vimos traballando nos últimos anos realmente se poidan concretar e materializar”, sentenció Francisco Conde.
Por su parte, el alcalde de As Pontes y presidente de la Diputación, Valentín González, se mostró más positivo ante estas declaraciones, afirmando que la continuidad de la central sería “o mellor dos escenarios”, dado que “permitiría ter un tempo para facer esa verdadera transición”. En este sentido, González Formoso apuntó que Red Eléctrica debe de ser muy “cautelosa” a la hora de juzgar la necesidad de la planta pontesa, señalando que la reactivación de la misma sería “una prioridad” para el gobierno local, dada la complejidad de los proyectos ya en marcha.