En tiempos de un consumismo casi instantáneo, los productos elaborados tradicionalmente y con ingredientes “de proximidad” cobran más valor. Y para muestra, un botón. La panadería El Cruce, un negocio familiar que lleva un siglo abasteciendo de pan y derivados los paladares de esta parroquia fenesa, cumplió ayer 50 años en su emplazamiento actual –Carretera de la Palma, 169–.

Las bizcochadas, las bollas de nata y huevo y la “bollita de pan” son los buques insignia de este proyecto fundado en 1925 por Juan Rivera, “Juanito el del horno”, en la carretera de la Armada, abuelo de los tres propietarios actuales del negocio, María, Lorenzo y Pica Rivera Martínez, que aprendieron el oficio de su padre, también Juan Rivera. Tres generaciones de panaderos con un denominador común: “Aquí hacemos pan pan”.

“Nuestros productos están hechos con ingredientes tradicionales, harina, huevos...”, explica Pica Rivera, una de las hermanas al frente del despacho. “Somos panaderos de los que se levantan a las 2.30 horas de mañana para empezar la jornada”, señala, “nada de productos congelados y aunque tenemos baguettes también son de elaboración propia”. Productos como los que ayer pudieron saborear los clientes que se acercaron al establecimiento decorado para la ocasión con una pancarta ilustrada con una fotografía en recuerdo de sus padres. Una forma de agradecer la fidelidad después de todos estos años.

No abundan los negocios que lleguen a las tres generaciones y una cuarta se antoja complicado. 

“Nuestros hijos ya han estudiado otras cosas y veo difícil que vayan a seguir con el negocio”, asegura Pica. Así las cosas, al honor de Maniños todavía le quedan años de vida que hornear.