El veranillo de San Miguel llegó con fuerza en el propio día de la onomástica para ayudar a los eumeses –y a los llegados de otros puntos de la comarca– a disfrutar de la tradicional romería de Breamo, una festividad que marca, para disgusto de muchos, el final del festivo verano. Se trata de la segunda celebración que se realiza en el año en este monte –la primera tiene lugar cada 8 de mayo–.
El buen ambiente se dejó notar durante toda la jornada y múltiples personas subieron hasta el entorno del templo para participar del evento.
El acto litúrgico comenzó alrededor de la una de la tarde, con la posterior procesión que reunió a jóvenes y mayores. La tradición marca que hay que dar una serie de vueltas a la capilla para ahuyentar todo lo malo, pero lo cierto es que no está claro el número –varía, según al romero al que se le pregunte, entre las siete y las nueve–.
Muchas fueron las familias que subieron ataviadas para disfrutar de una comida campestre y la fiesta se prolongará, seguro, hasta bien entrada la noche.
Precisamente, el Concello de Pontedeume y la asociación Euroume convocan para mañana una jornada de voluntariado medioambiental, cuyo objetivo es limpiar el entorno de la ermita. Comenzará a las a las diez y media de la mañana y se prevé que las tareas finalicen sobre la una del mediodía.