La regata de ayer marcaba la deriva de la Liga Gallega de Traineras, no solo hacia sus compases finales, sino hacia aguas de mar abierto.
En Ares, el sol y el viento recibían a la primera división masculina, que el domingo se jugaban mucho más que apuntalar sus posiciones en la tabla general: los tres mejores clasificados, un cajón que ocupan cómodamente los clubes de Ares, Chapela y Tirán recibían una invitación para lucirse en el escenario nacional en la Bandera de La Concha (San Sebastián), que se disputará el próximo 29 de agosto, a menos de una semana del final de la temporada autonómica.
Arropados por su afición y en aguas de sobra conocidas, los anfitriones se mostraron intratables una vez más, terminando su recorrido con cerca de 13 segundos de ventaja frente a sus competidores más directos. “Es de los mejores tiempos que hemos hecho”, relataba Pendo, técnico de la tripulación. “Se solventó bien la ansiedad de remar en casa, que parece que no, pero es algo que está ahí”, dijo.
A pesar de desembocar en el desenlace esperado, la manga de los mejor clasificados arrancaba de forma accidentada: al poco de empezar, llegaba un aviso de tierra por salida nula, atribuible en principio a un desajuste de alineación entre traineras. Las tripulaciones continuaron remando casi medio minuto antes de percibir que algo iba mal. “El árbitro salió con una bandera blanca en vez de roja. Cuando vas remando solo te fijas en ese color”, explicaba Pendo.
Pasado el incidente, todo transcurrió sin percances, y a estas alturas de la competición el objetivo de los líderes es directamente, tal y como explicaba su entrenador, “prepararnos para las regatas de La Concha y el Trofeo Teresa Herrera”.
En el mundo de los mortales, las tripulaciones de Narón y Mugardos-A Cabana buscan alejarse todo lo posible del descenso. Su tanda, primera en salir, estuvo marcada por un pulso casi constante entre ambos, en el que los naroneses llevaban la ventaja inicial, pero mientras ellos remaban de menos a más, el combinado comarcal se crecía, si bien era adelantado en el último largo por un Cabo da Cruz que mantuvo el perfil bajo durante el resto de la prueba.
Mugardos-A Cabana llevaba dos semanas preparándose en Ares; a pesar de no quedar primeros en su turno, objetivo que llevaban ayer, lograban ascender hasta el octavo puesto de la tabla. “Ahora tenemos el reto de hacer frente a la segunda manga, va a ser cuestión de mantener la cabeza fría porque vamos a remar casi solos”, adelantaba el tripulante Brais López.
Los de Narón —catorce remaban ayer— se lucían durante los tres primeros largos, pero el desgaste de las diez pruebas que llevan encima se hizo patente en el peor momento. Terminaban terceros y entre los tres últimos de la clasificación general, si bien hasta la fecha oscilaban entre la octava y novena posición de la tabla, sus mejores resultados hasta la fecha. "Podemos hacer la mejor temporada de la historia o terminar en playoffs", así sintetizaba Marcos Lema, entrenador y remero, el limbo en el que se encuentran.
Para ellos, desde el principio la meta ha sido "sobrevivir, acabar la temporada y seguir en liga”. Con varias bajas inesperadas desde el comienzo del verano, el club, casi más que ningún otro en la competición, ha tenido y seguirá teniendo que remar, literal y figuradamente, contra viento y marea.