Se avecinan días grandes para el Universitario, de esos que algunas de la moradoras más veteranas de A Malata no habrían podido imaginar de no estar a punto de vivirlos por cuenta propia. Y es que exactamente en una semana darán el salto al parqué europeo para disputar la fase previa de la Eurocup, un partido que podría ser el primero de muchos por todo el continente este curso deportivo. 

Militar un año más en la Liga Femenina Endesa no es exactamente moco de pavo tampoco, y ambos son desafíos a los que plantará cara un equipo bastante diferente al que entrenaba Lino López la pasada pretemporada. De aquellas baloncestistas, solo tres inauguran esta nueva y emocionante campaña para el club: la capitana al mando de la nave ferrolana, Àngela Mataix –que llegó en 2022–, Gala Mestres y Julie Pospíšilová –ambas en el Baxi desde 2023–.

“Creo que el equipo y el club va para arriba en todos los aspectos”, comparte Mataix, “jugar la previa de Eurocup, el tener a Javi –Masaguer– ayudando en los partidos... todo eso va a dar un plus al equipo, a la competición y sobre todo a la afición”, valoraba. La alicantina reconocía que nunca pensó “que podría estar jugando la Eurocup, bueno la previa” puntualiza con una sonrisa.

Para las tres “repetidoras” esa oportunidad tiene un significado especial. Mestres lo ve como un premio por todos sus años jugando en la primera categoría y “estando en el baloncesto español”. Sobre la invitación que les llegaba el pasado mayo, decía que la confirmación de su participación “ha venido de sopetón y ha sido una alegría para todos, lo vamos a coger superilusionadas”. 

Hacerse un hueco en la fase principal de la competición continental es el primer objetivo en la “check-list” del equipo, relata Mestres, y para una jugadora internacional como la checa Julie Pospíšilová, avanzar en la Eurocup supondría poder jugar en casa. “Y hasta llegar a ganarles para demostrarles que aquí también se nos da bien”, decía entre risas, añadiendo que “es muy guay llevar a Ferrol al nivel de la Eurocup, porque estos son una ciudad y un club bastante pequeños”.

Con ellas estarán ocho caras nuevas –que ya empiezan a serlo algo menos– y ha sido misión de las veteranas ayudar a suavizar el aterrizaje y acelerar el proceso de adaptación. “Yo estuve en la misma situación el año pasado”, explica Pospíšilová, “fueron las chicas más mayores las que me ayudaron a navegar en el sistema y aprender las posiciones. Ahora estoy yo en ese lugar”. 

Recordó que ella también necesitó tiempo, “al principio me costaba acordarme de todo, era algo complicado e iban a un ritmo rápido”. Mestres entiende que la visión de juego de su entrenador es “muy concreta”, pero es rápida en señalar que “da mucha libertad para hacer realmente lo que nos sale mejor, ya sea tirar, rebotear... tener gente con cualidades tan diferentes ayuda al equipo”. 

Por su parte, Mataix siente que como capitana y base es tarea suya que las recién llegadas “se adapten lo más rápido posible al juego, interioricen las jugadas y se sientan dentro del equipo”. Ya es cuestión de días que demuestren lo que pueden lograr juntas.