Segunda jornada liguera y primeros contratiempos de peso en las filas racinguistas con los que tendrá que trabajar Cristóbal Parralo, no sólo en el duelo de mañana, sino a mucho más largo plazo, como él mismo indicaba pocas horas antes del nuevo enfrentamiento en A Malata ante el Granada. "Son tres bajas que no son para uno o dos partidos, son para bastantes más" y, además, en el caso de Cabaco y David Castro compartiendo demarcación. Un más difícil todavía a realizar quizá demasiado pronto en un Racing todavía cocinándose y al que ya le están quitando ingredientes.
Y los que llegan, están todavía desembalándose, como el gaditano Manu Vallejo, que si bien ya ha estado trabajando ya a las órdenes de Parralo estos últimos días "hoy ya ha entrenado con el grupo. Antes lo había hecho una parte con el grupo y luego con el adaptador, porque él había tenido un virus, había perdido peso, llevaba días que no entrenaba y no queríamos correr ningún riesgo", explica Parralo, "está mejor pero lógicamente el cien por cien todavía no puede dar. Va a entrar en el convocatoria y veremos a ver como va el partido. Lleva muy muy poco tiempo y creo que es complicado que esté para jugar un partido entero".
Con este nuevo menú en su plantilla amanecía la casa verde la víspera de su segundo encuentro como local, una condición que, si bien a priori podría parecer una circunstancias favorable para el Racing, para el preparador de Priego de Córdoba, no lo es tanto. "Me hubiera gustado no tener los dos primeros partidos en casa porque, bueno, es también asumir muchos riesgos, ya que si no logras ganar los dos partidos vas con mucha necesidad al tercer partido fuera -encuentro, además, que se jugará en este caso en Riazor-", comenta el preparador, "y nosotros lo que queremos es buscar ese equilibrio. Nos faltan todavía jugadores por llegar. Hay que asimilar que el calendario es así e intentar sumar mañana tres puntos para, como digo, no empezar con necesidades muy pronto".
Y para no comenzar a acelerar la respiración, el Granada se convierte en el segunda plato a disfrutar en A Malata -a la espera del postre en A Coruña-, un "gran rival", como lo define Parralo y ante el que verse las caras de manera tan tempranera puede ser un arma de doble filo. "Ellos también pueden pensar que es un buen momento para cogernos a nosotros. Nunca sabes", comenta el preparador, "lo que tengo claro es que si no cambia la plantilla es un claro equipo a ascender. A pesar del traspié que tuvo ante el Albacete, tiene que ser uno de los que luche por el ascenso directo. Vamos a ver si somos capaces de competir e ir dando esos pasos que nos acerquen a lo que queremos".
Para demostrar esa competitividad, entre otros aspectos, el conjunto racinguista ha dejado vislumbrar que la chapa de su nave está muy reforzada en el balón parado -ofensiva y defensivamente-, que puede convertirse asimismo en punto clave en el encuentro de mañana en A Malata. "Es importantísimo y tener jugadores que defiendan bien esas acciones y que las ataquen bien también, da mucho equilibrio, metes en un estrés muy importante al otro equipo y cuando tienes que defender tienes la garantía de que tienes esos jugadores para que ese tipo de balones no te causen ese estrés".