La doble opción de ascenso del Narón Tenis de Mesa se queda, finalmente, en sólo una, la que este fin de semana jugarán en Cambados Santy Otero, Adrián Vidal, Ishaí Piñeiro y Rubén García en las filas del Panadería Santy sin gluten para que la entidad de Santa Icía cuente con dos escuadras en División de Honor, la segunda división nacional.
Un salto para el que los tenistas locales tienen que coger ahora menos impulso ya que la renuncia del School Zaragoza les permite a los naroneses pasar del grupo de los segundos al de los primeros –al ser ahora el mejor de los clasificados–. Una excelente oportunidad que los naroneses no quieren desaprovechar, ya que significa que a los locales sólo les hace falta ganar en la tarde de este sábado, a partir de las 17.00 horas, en su duelo de semifinales para ser nuevo equipo de División de Honor.
“No es fácil pero hay esperanzas” señala Fernando Montero, presidente de la entidad local, sobre este ascenso. Y es que en el caso de que los locales cediesen, el domingo por la mañana contarían con una nueva oportunidad para ser equipo de categoría de plata nacional, una doble ocasión que a buen seguro los locales sabrán aprovechar para regresar a casa con el ascenso debajo del brazo.
En el otro lado se encuentran sus compañeras Candela Montero, Lucía Saura y Julia Guerra –equipo en el que también formó la ucraniana Anna Miklukha y otras canteranas locales como Lola Bacelo–, que no pelearán por estar en la elite nacional, Superdivisión.
El hecho de que, en su caso, la fase de ascenso se dirimiese en Jaén fue una de las circunstancias por las que renunciaron a su participación, debido al alto coste que supondría para la entidad. Unos motivos económicos que también repercuten en la creación de un equipo para ser competitivos en la categoría, como señala Montero y no “estar nueve meses frustradas. Tenemos ganas de volver a Superdivisión –el equipo ya estuvo en 17/18– pero si hay unas condiciones”, añade el presidente.