La bandera del XXVI Trofeo Cidade de Narón de bateles fue todo un espectáculo, no solo por los participantes, sino por la cantidad de espectadores que se acercaron a A Gándara a presenciar esta competición. Además, los clubes locales (CR Ares, CR A Cabana Ferrol, CR Narón y CM Mugardos) tuvieron bastante éxito.
La prueba, que se desarrolló íntegramente por la tarde, comenzó con la categoría alevín de la división femenina. En ella, A Cabana logró la primera victoria del día, mientras que las remeras de Ares se conformaron con la sexta posición. A continuación, en infantiles, los clubes comarcales trataron de replicar el resultado, pero no pudo ser. El mejor puesto fue un quinto logrado por el Mugardos ‘B’, mientras que el ‘A’ acabó sexto superando in extremis al club ferrolano. El Ares y el Narón completaron las diez primeras posiciones.
En la categoría cadete tampoco hubo suerte, ya que A Cabana se quedó a un paso del podio. Sin embargo, las sub 23 si que pudieron lograrlo gracias a una luchado y sufrido segundo lugar. Junto a ellas, también estuvo el Ares en el último cajón. La comarca volvió a tocar la gloria con las absolutas, ya que A Cabana logró imponerse con autoridad a Perillo y Cabo da Cruz. El Narón, por su parte, sólo pudo ser séptimo.
Tras un breve descanso, fue el turno para la división masculina. Aunque no empezó tan bien como la femenina, los clubes de la comarca consiguieron un segundo y un cuarto puesto. Unas posiciones que repitieron los remeros del Narón y de A Cabana en infantiles. En la clase cadete, en la que había mayor representación de Ferrolterra, la fortuna fue esquiva. El mejor resultado fue un tercer lugar de la embarcación ferrolana, mientras que el barco naronés y el del Ares se quedaron a las puertas.
Sin duda, la alegría del día llegó con los sub 23, ya que las entidades locales demostraron todo su poderío sobre las aguas de A Gándara y ocuparon los tres puestos del cajón. Por último, la competición se cerró con un segundo puesto de A Cabana, un quinto del Mugardos y un sexto del Narón. Ese fue el broche de perfecto de una gran jornada.