El partido de Jaume Jardí es el soñado por cualquier jugador. Entró en el minuto 65 para revolucionar el choque. Suyos fueron los goles que le han dado a su equipo, al que llegó el pasado verano, un ascenso a Segunda dieciséis años después del anterior.
“Es el final soñado, pero imaginármelo, no me lo imaginaba lógicamente. Es increíble poder hacer feliz a tanta gente; es lo mejor que le puede pasar a un futbolista”, aseguraba sobre el césped en plena celebración al término del último encuentro de la temporada.
El extremo catalán reconoció que a lo largo de la campaña ha habido “momentos buenos y malos”, aunque en el último tramo ha entrado “mucho más en la rotación y eso te hace ganar confianza y participar en el juego mucho mejor”, apuntó el héroe del ascenso.