Aunque el marcador refleja que el Baxi Ferrol cayó en A Malata contra el Villeneuve d’Ascq, lo cierto es que ya han ganado. El pasado miércoles se vivió un ambiente único en el pabellón ferrolano, todo el mundo se hizo eco de lo que provoca este grupo de jugadoras que han levantado el ánimo de toda una ciudad a base de trabajo, esfuerzo y desparpajo. Tal fue lo vivido en la ida de la final, que todas las jugadoras, tanto las locales como las visitantes, se quedaron ensimismadas.
“Estoy muy agradecida a todos los que vinieron a vernos. Ha sido una experiencia increíble que nunca había vivido antes. Nunca tanta gente me había animado y gritado tanto por mí. Estar en la cancha o metiendo tiros ya era increíble”, aseguró una Julie Pospíšilová exhausta tras jugar los 40 minutos.
La checa, una de las tres jugadoras que decidieron continuar en el proyecto, es un pilar fundamental. No sólo anota, sino que defiende y dirige como la que mejor.
Su conexión tanto con la capitana, Àngela Mataix, como con Claire Melia, permitió al Uni soñar con la victoria y estar a punto de conseguirla, pero la fortuna no le sonrió en el último tiro. “Esperaba que ese triple hubiese entrado. Tenía esperanzas porque había notado una buena sensación. Pero también es cierto que no tenía mucha presión por meterlo o no, porque eran tres puntos que sólo servirían para empatar el partido. Vamos con una desventaja de tres puntos y estoy segura de que podemos vencerles en su casa”, apuntó.
Aún así, eso no empañó una actuación soberbia. Pospíšilová acabó el partido con 16 puntos –tres de siete en tiros de dos y tres de seis en triples–, capturó tres rebotes y repartió tres asistencias, además de muchos otros intangibles. Todo ello le sirvió para acumular 16 créditos de valoración, los mismos que Mataix (17 tantos, siete pases a canasta y cuatro capturas) y Melia (12, 4 y 6).
Aún así, eso no llegó para vencer a un conjunto francés encomendado al talento de Carla Leite y a los beneficios arbitrales que tuvo para desesperación de una A Malata que nunca dejó de animar. “Es cierto que nos pitaron muchas faltas en contra y no estábamos contentas, pero son cosas que pasan en los partidos. A veces, los árbitros se equivocan a su favor y otras en el nuestro. No podemos quejarnos porque no podemos hacer nada cuando pitan”, se resignó Julie.
Con todo, tanto ella como sus compañeras confían en que si ajustan un par de cosas pueden remontar esa escasa diferencia que hay entre los dos conjuntos. “Sólo perdimos por tres puntos, pero tenemos una oportunidad de ganarles en su casa. Creo que fue un partido duro, pero demostramos que podemos competir contra ellas. Ahora tenemos que prepararnos, seguir adelante y jugar a nuestro mejor nivel”, aseveró la internacional checa del Baxi Ferrol.
De igual manera, señaló que va a echar de menos este ambiente en la vuelta de la final, pero no se notará tanto gracias a los 200 aficionados que se desplazarán a tierras galas. “Vendrá alguna gente desde Ferrol y eso nos da una motivación y una energía extra. Vamos a darlo todo porque no queremos decepcionarlos”, zanjó Julie Pospíšilová.