Sigue creciendo lo hecho por Miguel Alvariño en lo que va de temporada. Tras saldar con un título y un podio sus primeras participaciones en pruebas de la Copa del Mundo, el arquero pontés sumó ayer un nuevo éxito a la campaña en la que se está volviendo a reivindicar tras los sucesos que lo apartaron de los últimos Juegos Olímpicos.

El arquero pontés completó un torneo en el que rayó a un gran nivel, en sintonía con lo que ha venido haciendo en los últimos meses, y el modo en el que remató la faena ante su contrincante en la final, el anfitrión Florian Unruh, refleja la confianza que está demostrando en las pruebas que ha disputado hasta la fecha.

Hasta ese cuarto set, el duelo fue igualado, aunque Alvariño llevó la iniciativa desde el inicio al adjudicarse el primer parcial en la tercera y última tirada, sumando los nueve puntos que ya había hecho en las dos primeras –al igual que el alemán–, mientras que su rival se quedó en ocho (26-28).

Con 2-0 a su favor, el de As Pontes mantuvo su regularidad en las puntuaciones (un nueve), aunque Unruh mejoró notablemente su puntería, con un nueve en la primera tirada, un diez en la segunda y un tercer y último intento rozando la perfección (29-27).

Un final perfecto

El tercer set comenzó también muy parejo, con un 9-9 en la primera tirada. Fue a partir de ahí cuando Alvariño dio lo mejor de sí. Con dos intentos perfectos se llevó el tercer set (27-29).

El pontés acariciaba la victoria en la final, pero todavía tenía que ponerle el broche. Y no lo quiso aplazar más. La buena serie del arquero germano (tres nueves) fue insuficiente para arrebatarle el triunfo en el cuarto set a Alvariño, que con un triple diez firmó una recta final perfecta que confirma el gran momento de forma por el que atraviesa y del que deberían tomar buena nota las personas que quisieron enterrarlo pese a ser –su trayectoria lo avala– el mejor arquero de que dispone España.