Mirandés o Racing de Ferrol dejarán esta noche –20.30 horas– el campo de Andura o bien con el corazón roto o regalando a su par, a su afición, el presente más preciado que les puede ofrecer: la victoria. Las cifras, los porcentajes que en las últimas semanas ha puesto sobre la mesa el preparador del conjunto ferrolano Alejandro Menéndez, colocan a los visitantes en el lado que peor parado sale en esta relación, con poco menos de un veinte por ciento de posibilidades de hacerse con el triunfo ante los de Miranda de Ebro.
Si bien los pronósticos son sólo eso, pronósticos y están para romperlos, como ya lo demostró el propio Racing ante un Levante casi invencible en el Ciutat de Valencia y, en el lado opuesto, ante un Castellón en horas muy bajas en casa. Le toca ahora a los de Menéndez destronar a otro de los que se quieren postular como rey de Segunda, el Mirandés de Alessio Lisci.
¿Cómo lo harán los ferrolanos? Eso está por ver, en el que será el tercer partido del preparador asturiano, al que le salió bien su primera apuesta con los granotas y mal en su puesta de largo en A Malata. Lo que ha puesto el técnico sobre la mesa es la esperanza, el sí se puede y el “no es imposible. Creo, y los jugadores creen, que podemos sacar algo positivo de Anduva”, sentencia Menéndez.
La solución pasa por repetir la receta vista hace dos jornadas en Valencia, como ya apuntó el propio entrenador. Eso sí, adaptando esta al comensal que tenga enfrente, en este caso un Mirandés que viene de dejar sus dos últimas porterías a cero. Que Jesús Ruiz no tenga que recoger el balón de su meta es otro de los pilares en los que el asturiano quiere basar el despegar verde.
Un “páramo” anotador que ya se dio en el partido de ida en A Malata, con un empate a cero más satisfactorio para visitantes que para locales y que en esta ocasión podría ser también así. Si bien Menéndez no le hace ascos, según como se desarrolle el duelo, a una igualada. “Aqui todo vale”, apunta, “viendo lo visto la semana pasada, un punto hubiera valido. Los que creo es que hay que ir haciendo un trabajo muy regular, no podemos penalizar un partido sí y otro no. Con el trabajo y correcciones buscar que el equipo tenga competitividad, con o sin balón, en ataque y defensa”.
Enfrente tendrán a un grupo dirigido por Lisci que Menéndez define como “un filial con experiencia”, con muchas y jóvenes caras nuevas que se encuentran peleando por el liderato. “Son gente joven, que busca mejorar, crecer, volver a esos equipos que en muchos casos están en Primera. Sufren los dos primeros meses pero luego tienen un crecimiento mucho mayor que los demás”, relata Menéndez tirando de su gran experiencia en el banquillo de filiales.
Y como se mostró en otros duelos, el más reciente ante el Levante, “el equipo ya ha demostrado y sabe cómo ganar. Desde mi llegada a hoy el equipo ha ido creciendo, lo está haciendo, y espero que lo que se hace por semana lo logre exponer en el terreno de juego”, apunta el preparador, que relata las diferencias entre la formación que él dirige en los entrenamientos y el grupo que ocupa la antepenúltima posición.
“La clasificación no la miro, pero da tristeza. Yo miro al equipo al entrenar, veo actitud y atención”, señala, a la espera de que ese giro de guion en el que el Racing se enganche a esa continuidad y que (casi) todos los días sean San Valentín en el, de momento, desamor ferrolano en Segunda.