El ‘míster’ del Córdoba habló por su parte de un choque “difícil”, en el que ambos equipos “veníamos de un partido contundente la jornada anterior”. Corroboraba la sensación de Parralo sobre la primera parte, si bien apuntó que “en alguna perdida o en alguna disputa que no ganamos había la sensación de que nos podían hacer daño”.
Resultó clave adaptarse a la amenaza que suponían distintos jugadores racinguistas: para Bebé y Moi Delgado, “refrescar el interior derecho”; ante los “dos puntas”, un Isma más adelantado, o contener a jugadores de altura como Perea, Señé, Puric o Naldo en los córners que les reportaron el gol, “la clave era moverlos, no sacar directo, porque en el duelo individual es difícil superarles”, afirmó.