A falta de un encuentro, el que mañana les situará cara a cara con el Tenerife –que, durante semanas, hizo silenciosa compañía al Racing de Ferrol en lo más bajo de la tabla–, todo parece indicar que el conjunto local ha superado por fin la primera fase de su acoplamiento inicial, con hasta quince nuevas piezas que bien han encontrado, bien siguen perfilando, su lugar en la planilla de Cristóbal Parralo.
Una pretemporada y siete jornadas de prueba y error –llegaban Correa y Bebé, últimos en incorporarse, para la cuarta–, salpimentadas con seis bajas producidas en ese periodo –incluido un Nacho reincidente–, han sido losas que se apilaron para permitir ahora al Racing erguirse sobre ellas y elevarse el pasado jueves hasta la zona segura de la tabla, eso sí, auxiliados por un Deportivo de la Coruña que no sumó ante el Levante ese mismo día. Y es que el Racing se ha agenciado 8 de 12 puntos en lo que va de mes, frente a los 2 de 12 que arañaban en septiembre, ante un elenco de oponentes en situaciones lo suficientemente diversas como para poder trazar una tímida línea verde ascendente.
A comienzos de octubre y coincidiendo con su aniversario, el club ferrolano se anotaba dos logros inéditos en su octava jornada liguera: primer partido adelantados en el marcador y primera victoria de la temporada. Lo hacían ante un Elche que, de forma similar a los de Parralo actualmente, llegaba jaleado por dos victorias consecutivas y ubicado en el ecuador de la tabla –donde permanecen a día de hoy–. La segunda llegaba en el último momento, con las sonadas ausencias de Bebé y Perea, contra el Cartagena, ecléctico en resultados –únicos en doblegar al Racing de Santander– y con Jandro Castro asentándose como entrenador en un momento de crisis.
La línea verde se ha acomodado en los dos últimos partidos, cuando el Racing encaró a conjuntos que se han paseado por lo más alto de la clasificación: accidentado empate con aroma a victoria ante el Huesca, tercero por aquel entonces, y otro día más sumando de uno en El Plantío, con un Burgos en caída libre que, sin embargo, ponía a la escuadra verde en apuros y dejando estampas más reminiscentes del mes pasado. La inminente cita con los tinerfeños promete ahora ser una prueba de fuego, ante un rival directo con, si cabe, más hambre que el Racing.