El Racing visita a un Real Oviedo que hace equilibrios para mantenerse en la zona de playoff de ascenso. El próximo rival de los verdes intenta, en esta recta final de la competición, mover el árbol para conseguir los frutos deseados: la disputa de esa promoción. Y lo hace con un arma que, desgraciadamente, a los ferrolanos no les dio el resultado esperado, como fue el cambio de capitán en su banquillo. Si en A Malata se fue Cristóbal Parralo y llegó Alejandro Menéndez, en el Carlos Tartiere el relevo de Calleja llegó con Paunović.
Los carbayones recogieron con el entrenador serbio a un Málaga que venía, precisamente, de revivir en La Rosaleda ante los ferrolanos –ganando por 2-0– y cumplieron esa regla no escrita que también le funcionó a los de casa –en su caso ante el Levante–. El grupo asturiano se impuso con Paunović en su debut (2-1) e hizo bueno este triunfo con el empate cosechado en la última jornada ante el Eibar (1-1). ¿El resultado? Los asturianos pasaron de la sexta plaza con un punto de renta sobre el Almería a la quinta, con uno y dos sobre Huesca y almerienses, respectivamente.
Sin margen de error para mantenerse en estos lugares de privilegio, el Oviedo recibe a un conjunto ferrolano que apela ya al orgullo en lugar de a milagros y que sobre el césped ovetense se reencontrará con una formación ante la hubo un antes y un después en la casa verde.
Y es que en la primera vuelta, la dolorosísima derrota vivida por el Racing en A Malata, con una “manita” encajada por los de Parralo (1-5) a principios de diciembre, se convirtió en el primer gran dedo acusador pidiendo el puesto del entrenador –que no dejaría hasta el “sexteto” en contra ante el Racing de Santander a mediados de enero–. Ahora, cuatro meses después y con prácticamente todo perdido a excepción del honor, el Racing buscará recuperar la parte que se dejó de esté en ese encuentro ante los ovetenses y evitar un dolor mayor en liga.