El campeonato que el fin de semana se dirimió en Vichy –cita que históricamente precede a la disputa del título mundial en este deporte–, era la última prueba internacional de triatlón olímpico este año, una que Sara Guerrero, embajadora local del Náutico Narón, no podía perderse y una vez más formó parte de la expedición española que compitió en Francia.
En su prueba de la categoría elite, la triatleta logró colocarse en la mitad superior de la tabla, entre 29 aspirantes, rozando el “top 10” por seis segundos con una marca global de 01:55:16 horas. “Creo que alguna posición más podría haber mejorado, pero sigo progresando“, valoró posteriormente Guerrero, satisfecha y “muy contenta” con la duodécima posición cosechada en una carrera “de máximo nivel” en todo el continente.
El sábado 21 a mediodía se dio el pistoletazo de salida a la carrera, cuyo primer segmento, los 1.500 kilómetros a nado, resultaron ser un auténtico reto para la naronesa, por la baja temperatura del agua en el río Allier, a unos 17 grados ese día. “Desde que me rompí el hombro tengo problemas de movilidad cuando está muy fría”, comentaba la atleta, “pero pude resolverlo más o menos bien, nadando en el grupo central de la carrera”.
Guerrero buscó recuperar tiempo cuando tocó pedalear los casi 40 kilómetros de trazado en la segunda fase de la carrera, “trabajando duro en los puestos delanteros del grupo para dar caza a la escapada”, terminando entre las quince más rápidas, tres posiciones más arriba que cuando se subió a la bicicleta.
Para rematar, tenía por delante 9,9 kilómetros a pie antes de alcanzar la línea de meta. La triatleta relataba que tiró del “buen ritmo” de piernas que últimamente nota cuando debe afrontar las rectas finales, y que por poco no le hizo colarse entre las diez mejores de la que definió como “una carrera dura”, pero que sí le reportó un luchado duodécimo puesto en la tradicional prueba de Vichy.