The Symmetry, joyería artesanal desde un pequeño taller coruñés

The Symmetry, joyería artesanal desde un pequeño taller coruñés
Alianzas de la firma The Symmetry. I @the_symmetry_

La joyería artesanal es el proceso de crear joyas únicas y personalizadas a mano, en lugar de producir en masa. La joyería artesanal destaca por su atención meticulosa a los detalles y su enfoque en la creación de piezas únicas y significativas. Cada joya es el resultado de la habilidad y la creatividad del artesano, lo que le confiere un valor y un carácter especial. 


La joyería artesanal a menudo utiliza técnicas tradicionales y materiales de alta calidad, lo que contribuye a la durabilidad y el atractivo estético de las piezas. La posibilidad de colaborar con los clientes para crear joyas personalizadas también es un rasgo distintivo de la joyería artesanal, lo que permite a las personas llevar consigo algo realmente especial y único. 


The Symmetry es un estudio/taller de joyería artesanal formado por Andrés y Mónica. La historia de la firma combina amor y herencia. Andrés es el artesano y Mónica se encarga, entre otras cosas, de la imagen de la marca, la fotografía y la web. “Yo soy de Almería, pero nací en Andorra. Mis padres cuando eran muy jóvenes emigraron a Andorra y allí tuvieron durante 20 años una joyería. Echaban de menos Andalucía y trasladaron la joyería -y a toda la familia- a Almería. Cuando llegó la crisis tuvieron que cerrar la joyería y el taller se quedó cogiendo polvo. Mis padres tenían pensado vender o regalar parte del taller y decidí quedarme con la mesa de joyería para restaurarla y tenerla como recuerdo. Cuando me la enviaron yo vivía en Barcelona, allí restauré la mesa. Un día decidí hacer un anillo para Mónica para pedirle que se casase conmigo. Yo me pasaba muchas horas cuando era pequeño en el taller observando a mi padre pero no me imaginaba que yo fuese capaz de hacer nada de eso”, afirma Andrés Fernández. 

 

 

Andrés estudió ingeniería de minas y Mónica estudió diseño de moda y terminó sus estudios con un máster en Dirección Creativa: marketing, producto & retail. Desde que Andrés realizó uno de los anillos más especiales de su vida -y Mónica vió la cara de felicidad que él tenía al ir elaborándolo- decidieron crear The Symmetry. Empezaron elaborando colecciones pequeñas y las presentaban en Palo Alto en Barcelona. “Con el paso del tiempo abrimos en toda España: nos fuimos a Bilbao, a Madrid, a Valencia, a Sevilla… Era la única forma que teníamos de darnos a conocer y que los clientes pudiesen ver las piezas en directo. Vender joyería online cuesta mucho y más cuando eres una firma pequeña”, afirman los propietarios de la marca. 

 

El nombre nació de la forma más casual posible: “Yo soy ingeniero de minas, lo más cuadriculado que te puedas imaginar. Mónica usa el otro lado del cerebro, es la artista de la pareja. Es fan de Leonardo da Vinci y de El Hombre de Vitruvio. Ligando el equilibrio y la simetría con las proporciones ideales del cuerpo, Monica consideró que nuestra unión es la de dos personas de ámbitos totalmente diferentes y opuestos, que pueden encajar y ser una simetría perfecta. Quizás suene un poco cursi, pero es la realidad”, destaca el artesano. 

 

 

The Symmetry nació también como una firma de ropa, pero decidieron cesar esa actividad y centrarse al 100% en la joyería artesanal. Trabajan sin stocks, sin una súper producción de producto: “Cada vez somos más conscientes con el planeta y con nuestra forma de trabajar más slow. Vivimos demasiado deprisa y consumimos aún más rápido, así que empezamos a escuchar más al cliente y a personalizar cada pieza, con los tiempos que nos marca hacerlo de forma artesanal. Nosotros no podemos compararnos con otras marcas que son más ágiles y más rápidas, pero nos aseguramos que el cliente se quede contento. Nos encanta que el cliente nos pida cosas que tienen en la cabeza: de imágenes, esbozos propios o simplemente que modifiquen ellos mismos los modelos que tenemos disponibles. Tenemos modelos que llevan con nosotros casi 7 años, pero casi ninguno sale igual de nuestro taller, porque les cambian la forma o los acabados. A veces, transforman piezas y pasan de ser colgantes a pulseras, por ejemplo, y esa es un poco la magia”, destacan. 

 

Desde hace unos años sacan drops de 3 piezas o 4 piezas o conjuntos pequeños. Se empapan mucho de las pasarelas pero también de la joyería vintage y a su misma vez de la geometría, del arte, de una película o de un libro… “Mónica no era una persona de llevar joyas, maldita redundancia, por ello uno de nuestros puntos fuertes es que las piezas sean cómodas, del día a día. Ella sin duda es mi mejor control de calidad, antes de sacar un modelo lo probamos, tanto por la forma como por su peso, y también por si hay algún fallo. Rectificamos las piezas hasta que estamos seguros de que tenemos lo que queremos”, añade Andrés Fernández.

 

 

La artesanía no tiene una fórmula exacta a la hora de crear las piezas, y eso en realidad, es su esencial: “Si son diseños nuevos el proceso inicial es la prueba – error. En la artesanía dependemos de muchos factores, trabajamos con las manos y hay días en los que estamos más concentrados e inspirados y días en los que menos…Si son piezas que ya tenemos en la colección y solo tenemos que personalizar los acabados, los grabados o las formas sería un proceso mucho más mecánico. Mi metodología es empezar a esbozar sobre papel la pieza, para comprobar los pasos que tengo que realizar, donde voy a soldar, medir la pieza o como voy a dar forma. La joyería es un poco como la repostería, la clave está en las medidas exactas de los ingredientes. Hago muchos esbozos sobre papel, pero sin lugar a dudas, lo que más realizo son pruebas. Tanto si la pieza final es en plata de ley o en oro de 18 kilates, siempre hago maquetas previas, para ver como queda, para rectificar y mejorar la pieza final”, destaca. 

 

La mayor parte del taller de The Symmetry está compuesto por maquinaria de los años 80. No cuentan con máquinas láser, ni automatizan los procesos, todo lo realizan de forma manual. “Compramos y adquirimos maquinaria de joyerías que cierran o incluso a coleccionistas. Así fue como yo aprendí y por ahora, vamos a seguir así ya que creemos que es una de las cosas que nos diferencian. Muchas marcas graban con láser y quedan grabados increíbles. Nuestros grabados -tanto los exteriores como los interiores- los realizamos con moldes de hierro, letra a letra. Eso hace que ningún grabado sea igual, y que obviamente, no esté perfecto”, afirman. 

 

Otro de los puntos fuertes de la firma es la personalización total de las piezas. El cliente puede visitar el taller o enviarle la propuesta por email y decidir la forma, el acabado, el material, o el grabado, entre otros. La pandemia hizo que tuvieran que adaptarse a trabajar a distancia, pero gracias a ello, trabajan para toda España y Europa con mucha más facilidad. 

 

 

“El trato personal creo que es un must que muchas marcas están perdiendo y para nosotros es esencial. Claro que una empresa tiene que ganar dinero, pero nosotros siempre vamos de cara en todos los aspectos. Al cliente le hablamos de los presupuestos desde el primer momento, de los tiempos y de si somos capaces de realizarlo o no. Queremos que nuestros clientes se queden contentos y que vuelvan. En el caso de que no lo hagan, si están contentos nos gustaría que nos recomendasen. No vemos The Symmetry como unos números, sino como concepto de vida. La joyería artesanal es para toda la vida: pasa de madres a hijos o de abuelas a nietas”, afirman. 

 

Desde hace 2 años están llevando a cabo un proyecto al que llaman RE-USE. Para todo aquel que cuente con alguna pieza de la firma ofrecen un servicio en el que la puedes fundir y realizar otra completamente diferente reutilizando el mismo material. En esta ocasión solo cobran la mano de obra a realizar de la nueva pieza. Esta es una opción que tiene menos impacto en el medioambiente y que además, es más económico para el cliente. Es por ello que nunca utilizan baños -ni de plata, ni de oro de 18 kilates o rodio-, solo trabajan con materiales macizos nobles. 
 

“Es cierto que el tipo de cliente cada vez está más concienciado y el cliente que visita The Symmetry sabe que hay procesos que van más lentos, pero valoran la cercanía tanto de los materiales como del trato. Todavía hay mucho trabajo que hacer. Tenemos que conseguir darle mucho más valor al “hecho a mano”, al “hecho en España”, pero aún mucho más al “hecho en Galicia”. En Galicia hay familias de artesanos increíbles. Llevamos viviendo 7 años aquí, y no tenemos intención de irnos. Nos sentimos muy gallegos -sin que nadie se ofenda-, Galicia tiene mucho que ofrecer y nosotros tenemos mucho que aprender”, concluyen. 

 

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