Hace 21 años se juntaron 17 bandas –algunas llevaban lustros sin tocar juntas– para homenajear a un músico de la zona, Félix García Beceiro, fallecido en un accidente de tráfico. Aquí se plantó una semilla que poco a poco fue creciendo y, hoy, el Fenerock, que ayer celebró su primera jornada, está consolidado como una cita ineludible con la música.

La premisa con la que trabaja la organización es simple, a la par que arriesgada. Este festival quiere que se sienta “como tu primer concierto”, sentimiento que todos los amantes de la música recuerdan y, en muchas ocasiones, anhelan sentir cada vez que se encienden los focos. Dos décadas dependen de mucho trabajo y, este equipo, lleva desde septiembre del año pasado dándole forma a esta edición. “Cuando acaba el festival estamos agotados y empiezas a escuchar algún “yo lo dejo”, pero a los días comienzan las propuestas para el año que viene, y volvemos a la carga”, comenta Sergio Abeledo, integrante de la organización del evento desde hace más de seis años.

El Fenerock no hace distinciones, y los grupos de la zona se codean entre bambalinas con otros de tirada nacional como Boikot 

Este festival destaca bien sea por sus carteles de primera en los que se suceden artistas de tirada nacional, bien por sus precios simbólicos. La comitiva tiene claro que esto fue una necesidad ya que, hasta antes de la pandemia, el evento seguía manteniendo un carácter gratuito.

Santy Souto lleva desde el principio. Es uno de los decanos de la organización y después de ver la evolución del festival tiene claro que la idea principal sigue presente. Continúa manteniendo un espacio para aquellas bandas locales, en el que puedan “tocar con sonido e iluminación profesional”, poniéndolos en lo más alto del podium. Esto pasa también en los camerinos. El Fenerock no hace distinciones, y los grupos de la zona se codean entre bambalinas con otros de tirada nacional como Boikot –que actuarán hoy en el paseo marítimo de San Valentín–.

Los que se cargan el trabajo año tras año, también han podido resarcirse con ellos mismos, por aquellas oportunidades de concierto pérdidas. 

Este festival “es nuestro y es del pueblo”, comentó la dupla, por lo que el valor de poder traer a artistas como El Drogas “a nuestra casa” no tendrá nunca el suficiente valor.

Otro año más, otra edición y las mismas ganas de siempre. El secreto de la longevidad ya no es un enigma para los feneses que cada final de verano deciden traer una parte de la historia del rock a casa.
El Fenerock que se celebra en el paseo marítimo de San Valentín trajo el viernes al escenario a nombres como Nordés, A Pelo, Porretas y Forraje, con el DJ Ratibró. La música no ha hecho más que empezar. 

Este sábado, además de los conciertos nocturnos (Turbo Kraks, Bule, Boikot y Sons de Aguirre), sesión vermú de acceso gratuito, a partir de las 13.30 horas, con el grupo Terbutalina.

Las entradas por día tienen un precio de 15 euros y el abono de 20 euros permite asistir a todas las jornadas del festival fenés.