Sus veinte años de experiencia en el mundo de la Bolsa le han permitido a Alberto Chan –Ferrol, 1986– que su índice de acierto en la toma de decisiones sea realmente alto. Su fondo de inversión A&A International finalizó el año pasado en el primer puesto de renta variable internacional tras haber alcanzado una rentabilidad del 54%, la más alta de los más de 2.500 fondos de Europa y América, entre ellos, destaca, “los fondos de Wall Street, como BlackRock, JP Morgan o Goldman Sachs”. El suyo, precisa, ha doblado la rentabilidad media de los fondos americanos.
El producto que dirige el “trader” ferrolano se fundó hace dos años y en estos momentos ya tiene 5 millones de euros de una cartera de 450 inversores, pero su idea es seguir creciendo. “Pretendo cerrar este año por encima de los 10 millones y, de hecho, lleva una captación muy buena”, explica antes de aclarar que, aunque lo dirige él, la gestora del fondo está en Madrid.
Lo que diferencia el fondo de Chan del resto, asegura, es que “me permiten utilizar derivados financieros, es decir, opciones y futuros, que son los productos en los que más me he especializado”. Para el corredor ferrolano, su bagaje como “trader” persoal es clave. “Hay una diferencia grande entre un ‘trader’ y un gestor de fondos. Estos suelen tener una visión más conservadora, mientras que yo soy un poquito más arriesgado. La clave fue usar estos derivados, que son instrumentos que nos permiten ganar dinero tanto si las Bolsas suben como si bajan”, apunta. En ese sentido, comenta que cada vez que bajaba el mercado de valores, él se anticipaba comprando opciones Put. “Son una especie de seguros anticaídas, como si fuera el seguro de un coche. Por ejemplo, cuando se agudizó la guerra de Israel con Gaza e Irán, me anticipé un mes a que se complicase el panorama geopolítico y eso me permitió obtener rentabilidades altas cuando la Bolsa bajaba, ya que, de alguna manera, había pagado seguros para ello. En un fondo convencional”, añade, “si la Bolsa va mal, el fondo también, y viceversa”.
Chan comenta que, además de saber de economía, mercados o de análisis empresariales, un buen inversor de Bolsa debe conocer “el contexto político y geopolítico” y, en ese sentido, la clave vuelve a estar en la capacidad de “anticiparse a movimientos que van a venir el próximo mes”. “Hay que tener un espectro bastante amplio, no solo económico, como pasó durante la pandemia con el sector biotecnológico. Tener, por decirlo así, una variedad temática para tomar buenas decisiones con el dinero de los inversores”, añade.
Sobre lo que prevé para este año, Chan lo define con una palabra: “volatilidad”. “Habrá movimientos más bruscos de subidas y bajadas que a los que estamos acostumbrados”, dice, por lo que augura un buen resultado para su fondo: “Para mi fondo, que haya oscilaciones bruscas es muy importante. El año pasado gané más de un millón de euros para el fondo y este año calculo dos millones de beneficio”, apunta.