María Elvira Nieto, Manuel Queiruga y Ezequiel Guntín pisaron esta semana las aulas del CPI As Mirandas para explicar a estudiantes de 2º de ESO su experiencia de vida. Los tres fueron emigrantes, tanto en otros lugares de España como en Europa y América, y acabaron regresando, ya mayores, a Galicia. Sus biografías y sus impresiones son el eje del programa Falemos da Emigración, que impulsa Afundación –obra social de Abanca– con asiduos de sus centros de mayores –en el caso de Ares procedían del Espazo +60 de Pontedeume– y que se reanuda este curso tras el parón de la pandemia. 

El CPR San José, de Pontedeume; el CPI As Mirandas, de Ares; y el IES Saturnino Montojo, de Ferrol; son los tres centros de la zona que participan en estos encuentros intergeneracionales que se trabajan previamente en el aula con material didáctico especializado y que se desarrollan en dos encuentros.

Después son los propios alumnos los que realizan trabajos a raíz de este diálogo y, en ocasiones, cuentan su propia historia, protagonistas también de periplos vitales que comenzaron en otros países y continúan en Galicia y que no son tan diferentes a los de dos generaciones atrás. 

Historias de vida

La de María Elvira Nieto Amoroso, por ejemplo, es una vida que pasa por Barcelona, a donde emigró desde Mera en 1971 cuando tenía 24 años hasta que conoció a su futuro marido, emigrado a su vez en San Sebastián y en Holanda, y juntos marcharon a Rotterdam. Trabajó en el ámbito de la limpieza y haciendo ropa por encargo mientras se acostumbraba a los ritmos y hábitos de una ciudad en la que predominaba la bicicleta.

Manuel Queiruga Martínez se fue al País Vasco en 1954 buscando aventuras y mejorar sus condiciones de vida. De allí viajó a Newark (New Jersey), donde lo esperaban un tío –que murió antes de que él desembarcara– y primos. Lavó platos en un restaurante, trabajó en la construcción y finalmente en el puerto. Una boda amañada para conseguir papeles y otra por amor forman parte también de una experiencia que califica como feliz, aunque no dudó en volver a Pontedeume en cuanto se jubiló.

La historia de Ezequiel Juan Luis Guntín Vázquez pasa por Buenos Aires, adonde viajó en 1949 con su madre y dos hermanos para reunirse con su padre, que estaba allí desde hacía dos años. Con once empezó a compaginar la escuela con su trabajo como repartidor de leche y después se mudó con sus padres a otra ciudad en la que encontraron trabajo como porteros. Acabaron marchando a Santo Domingo, montó su propio supermercado, regresó a Galicia, donde lo obligaron a hacer el servicio militar, y viajó de nuevo hasta Santo Domingo hasta que volvió definitivamente en 1972 para tratar una enfermedad de su hijo.
 

El programa Falemos da Emigración tiene como gemelo Falamos da Escola, que se centra en los recuerdos de la enseñanza. Está involucrado el IES Saturnino Montojo.