La dificultad de transmitir un episodio tan crudo como el asesinato de los hermanos del “mas” de Vilanova, en el territorio onubense de Ribagorza, que constituye el centro del libro “El viento que golpea las tinieblas”, es lo que ha conducido a la coautoría de esta obra. Los escritores Lluís Colomés, doctor en Medicina retirado, y Antonio Polo, coordinador del Club de Lectura Ariadna de la Universidade Sénior, presentarán el ejemplar junto a una de las integrantes de este colectivo, Luz Calderón, este jueves en el salón de actos del Campus de Ferrol, a las 18.30 horas.
El texto se basa en la investigación realizada por Colomés sobre los sucesos acontecidos en los primeros años de la Guerra Civil, que ya había empezado a divulgar mediante algunas conferencias. Con el objetivo de que la historia llegue al público, este trabajo fue enriquecido con la dimensión literaria que aporta Polo, en cualquier caso primando los hechos a la ficción, ya que se limita, por ejemplo, a idear las conversaciones que se mantienen en el bar de ese pueblo de alrededor de 500 habitantes.
“Un par de juicios que salen en el libro son reales”, advierte Antonio Polo, de los que solo “me imagino algunas preguntas que hace el juez o el fiscal”. Uno de los acontecimientos relatados que más llamaron la atención de este coautor, por su dureza, es el fusilamiento del cura y cómo gente que no quiere hacerlo se ve obligada, mientras que otros están, ya antes de matarlo, excavando un hoyo donde depositarlo.
Este es, precisamente, el otro pilar fundamental del contenido, porque “la novela gira en torno a la maldad y cómo algunas personas irradian ese mal al resto”, continúa. Así, detalla sobre el caso del párroco que “una de las partes de la condena era que, después de fusilarlo, había que rociarlo con gasolina”. Se trata de “aspectos muy puntillosos que yo no quería sacar, pero son tan tremendos... y forman parte de la historia”, indica Antonio Polo.
En relación con esto, el escritor reflexiona sobre la obligación a la se que vieron sometidos los autores del crimen, que se enfrentaron a la disyuntiva de negarse y ser asesinados o aceptar y ser víctima de una “muerte en diferido”, en términos de Polo.
La parte central de “El viento que golpea las tinieblas”, o “la excusa”, tal como lo denominó el coautor, es el asesinato de tres hermanos que vivían en una explotación agraria –mas– sin relacionarse con su entorno.
“Como son los pobres, los más abandonados de todo, los mataron, y entre que llegó la República, vino el golpe de Estado y estalló la Guerra, al final ese crimen se quedó sin resolver”, declaró el coordinador del Club de Lectura, concretando que independientemente del bando al que pertenecieran, nadie se interesó por esclarecer estos hechos, que “se han quedado en el aire”.
Según explicó Antonio Polo, “Lluís Colomés lo investiga y descubre que hay indicios claros de qué pasó y se conocen hasta los nombres de quiénes los asesinaron”. El silencio ante este tipo de hechos atroces, “que nadie quiere remover” se aborda como conclusión del libro, donde el escritor se posiciona y argumenta sobre los hechos históricos que, “si se conocen, no habría que seguir esa norma que se oye siempre de que hay que dejar a los muertos”, relató el escritor.