Los trabajadores de la planta de Leche Celta en Andrade, Pontedeume, comenzaron ayer, como ya habían advertido semanas atrás, una huelga indefinida ante la parálisis en las negociaciones de su nuevo convenio colectivo. Tal y como apuntó la CIG, sindicato mayoritario en la empresa, por medio de un comunicado, esta decisión se tomó tras 21 días de huelgas parciales sin una respuesta por parte de la compañía, perteneciente al grupo luso Lactogal.

Así, según señaló la central por medio de un comunicado, la protesta consistirá en tres horas de huelga por cada uno de los tres turnos que operan en las instalaciones –mañana, tarde y noche–, con el objetivo de que la participación “sexa a mesma para todo o persoal”. Del mismo modo, desde la CIG se acusó a la dirección de adoptar una postura “antisindical e ilegal”, vulnerando, afirman, el derecho de los trabajadores a la huelga.

Y es que, según asevera la central nacionalista, desde la cúpula de la factoría se habría tratado de intimidar a los empleados que secunden las protestas “sementando dúbidas infundadas sobre a legalidade da folga indefinida”. Además de esto, la CIG afirmó ya la semana pasada que desde la dirección se ha trasladado parte de la producción de las instalaciones a las otras plantas que tiene el grupo en España, principalmente a la de Santander, lo que el sindicato entiende como una forma de “esquirolaxe”. Por ello, la central presentó un recurso judicial contra la empresa.

Sistema retributivo

Del mismo modo, desde la representación social se ha querido hacer un llamamiento a la dirección de la empresa para que reconsidere su pretensión de establecer un nuevo sistema retributivo. Este, apunta la CIG, “penalizaría salarialmente” a aquellos trabajadores “que enfermen ou que gocen de licenzas retribuídas”. El sistema, además, ligaría el incremento económico a parámetros de productividad en los que los afectados “non poden incidir”.

De esta forma, la central defiende un convenio que “manteña o poder adquisitivo dos salarios”, además de “avanzar” en diversas mejoras ya implantadas en la empresa que permitan una mayor conciliación familiar y tiempo personal.

Apoyos y manifestación

Ante esta situación el pleno de Pontedeume aprobó la pasada semana una declaración institucional de apoyo a los trabajadores de la factoría, instando a la empresa a reconsiderar su posición y retomar la negociación del convenio colectivo. Desde el Concello se recordó, además, la gran importancia de estas instalaciones para el tejido económico de la villa y su comarca, tanto por su repercusión en el empleo como por los impuestos derivados de su actividad.

Por último, desde la central se anunció para mañana miércoles una manifestación en protesta por esta situación. La movilización, apuntan desde la parte social, saldrá sobre las 11.15 horas de la puerta de la planta láctea y recorrerá las calles de la villa hasta el edificio consistorial.