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jueves | 28 noviembre | 2024
Los comercios, locales de hostelería y demás establecimientos de la villa de As Pontes cerraron a las once de la mañana sus puertas, uniéndose así a la convocatoria de huelga general de la CIG en protesta por la incertidumbre sobre el futuro socioeconómico del municipio. El paro, de carácter parcial –la actividad se retomó a las tres–, tenía como objetivo dar visibilidad a la situación del área, con muchos proyectos industriales en un horizonte no definido y el cierre de la central térmica, otrora motor económico del concello, a la vuelta de la esquina.
Asimismo, como parte de la jornada reivindicativa, el sindicato nacionalista celebró también una manifestación, con salida al mediodía de la plaza del Carmen. De este modo, más de un millar de vecinos –cantidad que fue creciendo a medida que la protesta avanzaba– participaron en esta movilización, que recorrió las avenidas de Ortigueira y Galicia, calle Rosalía de Castro y avenida de Ferrol, desde donde se volvió al punto de origen.
Poco antes del inicio de la protesta, el secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, y el portavoz del sindicato en la villa, Alberte Amado, comparecieron ante los medios, explicando que el objetivo de la misma era “socializar as reivindicacións”. En este sentido, Amado criticó que la situación era conocida desde 2019 y que, a día de hoy, solo existen “promesas e procesos de vía administrativa”. A esto se sumarían, señaló, “conflitos importantes no eido laboral”, como el ERE de Einsa Print o los procesos concursales de Transportes Canosa y Hermanos Gabeiras.
Por su parte, Carril denunció que en As Pontes “non estamos nunha transición, senón nunha demolición, unha reconversión industrial clásica”. De igual modo, el secretario xeral también reivindicó que no debía ser Endesa quien fijase los tiempos del proceso, exigiendo mayor implicación a las administraciones.
Finalmente, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, quien también participó en la protesta, censuró la “falta de vontade política” en el proceso, calificando de “fraude” la conocida como “transición xusta”. Asimismo, Pontón reclamó a la Xunta y al Gobierno central unas condiciones idénticas a las de otras áreas.
La última reunión de la Mesa para o impulso da actividade económica das Pontes se saldó con un preacuerdo que permita garantizar el empleo dentro de las empresas auxiliares. Tal y como anunciaron ayer la Xunta y los sindicatos, gracias a este pacto se asegura que la mayor parte de las plantillas de estas compañías complementarias sean empleadas en las labores de predesmantelamiento y desmantelamiento de la central térmica, que tendrán lugar a lo largo del año que viene.
El encuentro, del que se dio cuenta ayer, tuvo lugar en Santiago y contó con la participación de la Xunta, los sindicatos CCOO, CIG y UGT, Endesa y las asociaciones empresariales.
De un modo más detallado, el secretario xeral de CCOO Industria de Galicia, Víctor Ledo, explicó que el preacuerdo contempla “a recolocación do 80% dos traballadores que farían falla” para los mencionados trabajos. Este porcentaje cubriría en la práctica la totalidad de los empleados de las auxiliares y solventaría la incertidumbre en términos de empleo durante la fase de predesmantelamiento, que duraría del próximo 1 de diciembre hasta el 31 de marzo. Uno de los problemas que se planteó durante el encuentro es que, entre el final de esta primera actuación hasta el inicio de la segunda, el desmantelamiento propiamente dicho, a comienzos de agosto, quedarían cuatro meses de inactividad para estos operarios. Para solventar esta coyuntura, por un lado las partes implicadas pondrán en marcha todas las medidas posibles para “acortar” este período; y, por otro, se ofrecerá formación “á totalidade dos traballadores” de cara al inicio de la segunda fase.
Por último, Ledo señaló que en la reunión se exigió que las empresas adjudicatarias participen en esta Mesa das Pontes; que las condiciones acordadas estén reflejadas en las licitaciones de los trabajos y que en todos los casos se aplique el convenio del metal.
