Los Bomberos de Ferrol, efectivos de la unidad de voluntarios de Protección Civil y la unidad canina de Casaga desplazados desde la ciudad naval con el convoy de la Xunta y que este martes empezaron a colaborar en la zona devastada por la Dana en Catarroja (Valencia) han vivido ya sus primeras horas allí y no han sido fáciles, tal y como ha explicado el jefe de los Bomberos de Ferrol, Enrique Suárez.
El nuevo responsable explicó que tras unas primeras horas un tanto infructuosas, ya que les costó mucho desplazarse al lugar que les habían designado tras la reunión de coordinación de efectivos que se produjo a primera hora de la mañana, los trabajos en el lugar avanzan a buen ritmo.
Así, Suárez explicó que en un primer momento les encomendaron realizar limpieza y drenaje en un bajo anegado en una localidad próxima al circuito de Cheste, donde todavía se busca a dos personas desaparecidas. "El equipo precisó la ayuda de gente de la zona para poder llegar ya que la mayoría de accesos están impracticables".
Así, añadió que hay carreteras intransitables, puentes caídos y demás problemas que dificultaron su trabajo esas primeras horas, si bien tras ese momento inicial hoy ya estuvieron realizando labores similares en la zona de Catarroja, de rastreo y achique principalmente. De las labores de rastreo se ocupan los miembros de la unidad canina de Casaga.
El jefe de los Bomberos añadió que los comentarios que hacen quienes están trabajando en la zona cero estremecen pues equiparan lo que están viendo y viviendo allí con una situación de guerra, "todos dicen que parece que pasó un tsunami o que la zona ha sido arrasada por una bomba atómica".
Pese a la sensación general de descontrol, el convoy enviado desde Galicia del que forman parte los Bomberos y efectivos de Protección Civil de Ferrol está intentando gestionarse. Así, las unidades de la urbe se dividen por grupos y están "debidamente organizados", relata Enrique Suárez.
Las unidades allí desplazadas proseguirán con su labor en próximas jornadas en diferentes localizaciones de la Comunidad Valenciana, donde todavía hace falta mucha mano de obra y equipos especializados como los enviados por la Xunta de Galicia y el Concello de Ferrol.