La borrasca Gérard, la primera del presente 2023, ha dejado a su paso por el área de Ferrolterra numerosos destrozos de gran consideración.
Por una parte, en el entorno de la ciudad naval se registraron múltiples incidencias ocasionadas por la borrasca, siendo las tres más destacables el desprendimiento de la fachada de un inmueble abandonado en Esteiro y la caída de dos árboles de grandes dimensiones en el Cantón de Molíns y la calle Cardosas, respectivamente. La primera de estas emergencias tuvo lugar sobre las 14.30 horas en el número 35 de la calle Carlos III, un edificio que tiene declaración de ruina.
Según señalaron fuentes municipales y los operadores del Centro Integrado de Atención ás Emerxencias-112, el frontal del edificio, en avanzado estado de abandono, comenzó a tambalearse a causa del intenso viento. En cuestión de minutos, la fachada empezó a ceder, con tan mala suerte que arrastró consigo la del edificio contiguo, el número 33, con el que comparte medianera, que también terminó parcialmente derribado.
Para agravar la situación, al encontrarse este segundo en proceso de rehabilitación –con la licencia oportuna– los soportes, así como una placa colocada en el frontal para evitar la caída de cascotes y una terraza del piso superior, también terminaron precipitándose hacia la calzada, dejando en la práctica las plantas superiores de ambos inmuebles totalmente derruidas.
Además de los daños materiales en los edificios, también se registraron notables desperfectos en los vehículos estacionados frente a los mismos, aunque el hecho de que la fila de aparcamiento se encontrase en el margen derecho evitó que, afortunadamente, estos quedasen sepultados por los cascotes. Asimismo, al hallarse vacío el vial en el momento del incidente, no se produjo ningún herido.
Desde el Concello se señaló que, tras el incidente, los profesionales del cuerpo de Bombeiros de Ferrol se encargaron de “echar abajo” los elementos inseguros de las edificaciones, mientras que los responsables de la obra comenzaron las labores de retirada de escombros de la vía pública.
Desde el Concello se ha insistido en que el tilo derribado por el viento se encontraba en “perfecto estado”
También se personaron en el lugar de los hechos efectivos de Casaga – Asociación Cans de Salvamento de Galicia–, con un perro de rescate, para comprobar que no había ninguna persona en el inmueble derruido ni bajo los escombros.
Al cierre de esta edición, las concejalías de Urbanismo y Seguridade se han hecho cargo de la situación y están evaluando el curso de actuación más idóneo.
La calle Carlos III se cortó totalmente ante los números 31, 33 y 35 y, además, se valló la parte trasera de los inmuebles, en la calle Fernando VII.
Por otra parte, como ya se había mencionado, los fuertes vientos dejaron a su paso un rastro de postes y ramas de grandes dimensiones desprendidas a lo largo de todo el término municipal. No obstante, ninguno de estos incidentes fueron tan notables como los dos árboles caídos en pleno centro de Ferrol a lo largo de la mañana.
El primero de estos, en el Cantón de Molíns, tuvo lugar a primera hora del día, cuando la alameda se encontraba prácticamente vacía. Según explicaron fuentes municipales, las obras de urbanización y saneamiento realizadas en el entorno hace aproximadamente una década dejaron el elemento con unas raíces muy poco profundas, lo que unido a que el terreno se encontraba reblandecido por la lluvia facilitaron que la acción del viento lo tirase. Asimismo, la edil de Servizos, Ana Lamas, insistió en que el árbol, un tilo de unos 14 metros de alto, se encontraba “en perfecto estado” de conservación, y adelantó que, una vez las condiciones sean las idóneas, será sustituido.
La segunda caída tuvo lugar minutos antes del mediodía en la confluencia de la calle Cardosas y la avenida de Compostela. En este caso el Concello no ha detallado si también podrían haber estado afectadas las raíces del mismo, aunque el hecho de que estas quedasen al descubierto –en oposición al árbol caído en el Inferniño en diciembre, cuyo tronco quedó partido por la mitad– parece indicar que así ha sido. En ambos casos los técnicos municipales y los trabajadores de Parques e Xardíns, asistidos por los bomberos, cortaron ambos árboles para facilitar su transporte y los retiraron.
En cuanto al resto de incidencias en el área, desde la central autonómica se señalaron intervenciones a lo largo de las tres comarcas. En Ferrol, por un lado, varias chapas de las cubiertas de un recinto de FIMO y del centro de enseñanza Manuel Masdías de Caranza fueron desprendidas por el viento, teniendo que ser retiradas por los bomberos. Asimismo, buena parte de la iluminación navideña fue desinstalada de urgencia –en la zona centro– ante el riesgo de ser arrancada por el viento. El transporte de carbón entre el puerto exterior y As Pontes también ha sido interrumpido por precaución.
De igual forma, cayeron dos árboles sobre las carreteras AG-64 y AC-862 a su paso por la parroquia de Sedes y por Moeche, respectivamente. En el primero de los casos, además, el elemento se precipitó sobre un tendido eléctrico que cruzaba el vial, afectando temporalmente al suministro energético. También en San Sadurniño se registraron numerosas caídas de árboles en zonas como Amido, Vilafiúnce, Cornide o la parroquia de Naraío –por el momento no se ha informado de posibles afectaciones en la presa–; mientras que el pinar de Cabanas ha sido cerrado al público por el desprendimiento de árboles de grandes
dimensiones.
Para la jornada de hoy un cambio de categoría, de naranja a roja, en la alerta costera aún activa. Del mismo modo, amplió el número de municipios de interior afectados por fuertes vientos.
A consecuencia de esto, el Concello de Valdoviño ha prohibido el acceso a Punta Frouxeira y la práctica de deportes acuáticos hasta el final de la alerta.