El Domingo fue el Día de las Personas sin Hogar, una jornada en la que las entidades suelen movilizarse para visibilizar el problema del sinhogarismo. Para tal ocasión, un grupo de trabajadores y voluntarios de Cáritas Diocesana de Mondoñedo-Ferrol, junto con el Centro de Día de la entidad, partieron este lunes de las instalaciones situadas en el barrio de A Magdalena para realizar un recorrido por las calles de la urbe naval simbolizando así el camino que deben hacer las personas sin hogar para lograr vivir en un domicilio.
Durante el paseo por las calles del centro, de una hora, el grupo no dejó de gritar las consignas de este año: “Vivienda digna para todos”, “Nadie sin hogar” y “No nos mires, únete”, algo que caló en algunos viandantes, que no dudaron en sumarse a la modesta comitiva. Como es costumbre, a las doce de la mañana se celebró el acto central de la jornada frente al Palacio Municipal, donde varios usuarios del citado centro leyeron el manifiesto elaborado para la ocasión. Durante la lectura, miembros del equipo de gobierno, con el alcalde a la cabeza, y del resto de partidos de la corporación, arroparon a los presentes en el acto central, que discurrió bajo el lema “Ninguén sen fogar”.
La entidad busca de este modo “dar voz a las personas que sufren la exclusión residencial más severa”, como indicaron a través del manifiesto. Asimismo, las cuatro personas que tomaron la palabra, denunciaron “el largo camino que deben recorrer las personas sin hogar, un trayecto que no podemos hacer solos, necesitamos la implicación y compromiso de la sociedad y administraciones. Queremos ser voz y altavoz de quienes no tienen hogar, poniendo de manifiesto que no es un problema individual, sino que concierne a toda la sociedad”.
Asimismo, añadieron que “la crisis de la vivienda y la gentrificación nos obliga a vivir en la incertidumbre, con alquileres insostenibles y falta de vivienda pública y de protección oficial”. Así, añadieron que “en España hay miles de personas sin hogar, una cifra indecente cuando sabemos que hay cuatro millones de viviendas vacías, un sinsentido que hace que nos sintamos sin protección ante la ley, ya que se vulneran constantemente los derechos fundamentales”.
Además, añadieron que el no tener acceso a una vivienda digna y segura provoca “dificultades para tener y mantener un empleo, para empadronarnos o para acceder a prestaciones y deteriora nuestra salud física y mental”. Asimismo indicaron que la falta de “reconocimiento y protección de nuestros derechos básicos nos aísla de la sociedad, hace que nos sintamos en soledad y con miedo y vergüenza. Que nos sintamos perdidos y desorientados. Somos personas en situación de sin hogar, cada uno con sus circunstancias, pero todos recorriendo un largo camino hacia la inclusión efectiva en la sociedad, porque tenemos mucho que aportar y queremos ayudar y ser útiles”, añadieron.