11º-13º
sábado | 4 enero | 2025
Las tradiciones están para cumplirlas o, en su defecto, para darles una sacudida y hacerlas propias. El primer día del año suele ser una jornada repleta de rituales individuales, como comerse la sopa de cocido reconstituyente en la casa familiar o no quitarse el pijama; pero también colectivos y, en Ferrol, son unos cuantos a tener en cuenta.
Bajar un día como este miércoles al barrio de A Magdalena a primera hora de la mañana permite comprobar el “mágico” cruce de dos mundos en apariencia opuestos: el de los trasnochadores que vuelven a casa completando “el paseo de la vergüenza” aun con sus trajes y vestidos de fiesta, y el de los madrugadores, que aprovechan para salir a dar la primera caminata del 2025.
Todavía se puede adivinar el flirteo entre las jóvenes parejas, que remolonean en las despedidas en cualquier esquina de la cuadrícula. Las chicas descalzas, sujetando los zapatos de tacón en una mano y caminando a tientas con un insoportable dolor de pies.
Entretanto, los trabajadores de Urbaser se afanaron un Año Nuevo más en quitar los kilos de basura que el ocio nocturno dejó tras de sí, sobre todo en la calle Magdalena, para indignación de no pocos ciudadanos que se preguntan si no es compatible disfrutar de la noche y tirar los envases donde corresponde.
Con parte de las churrerías más famosas del centro cerradas el 1 de enero desde hace años, como es el caso del Avenida o Bonilla, a los valientes con antojo “larpeiro” les tocó buscar alternativas y una de las que cosechó más éxito fue El Rincón de la Abuela, en O Inferniño, donde las bandejas de churros y las tazas de chocolate no dejaron de despacharse en todo el día.
No muy lejos de allí, en la cafetería Monterrey, otro de los clásicos de la hostelería ferrolana, pandillas de jóvenes desayunaban antes de regresar a casa. Además, muchos de ellos se echaban a caminar por la carretera de Castilla acusando la ausencia de taxis, pero tomándose con humor el camino hacia sus camas. Otros, optaban por esperar al bus urbano, también entre risas, como inmortalizó Jorge Meis en la marquesina de Correos.
Un año más, fueron muchos los que siguieron el rastro del salitre para empezar con buen pie este 2025, otro de los rituales ferrolanos por antonomasia para inaugurar enero. Las playas se llenaron de personas y mascotas, también animadas por los cielos despejados de las primeras horas, pero, al contrario de lo que sucedió el día de Navidad, al menos en Doniños los valientes que se dieron un chapuzón ayer se contaron con los dedos de una mano.
Sin miedo al frío y con un as en la manga para combatirlo, desde el Club de Montaña Ferrol-Alpinista Abrente volvieron a lanzar su convocatoria para completar la subida a la ermita de Chamorro, que esta vez ha dejado cifras de récord, con cerca de un centenar de participantes al sumarse también corredores y ciclistas a la comitiva.
En esta ocasión, la quedada se produjo a las 11.15 horas en FIMO, secundándola personas de todas las edades, bien abrigadas, y dispuestas a pasar un rato divertido visitando el santuario de Nuestra Señora del Nordés. Después, al finalizar la marcha y sacarse la tradicional fotografía de familia en el crucero, se dirigieron al local social de la Asociación Vecinal de A Cabana para degustar unos callos solidarios que este año se quedaron cortos.
Preparados por el mesón O Choyo de Esteiro, todo lo recaudado por el Club de Montaña con cada ración —que, aunque eran gratuitas, se podían pagar a la voluntad— “se sumará ao 0,7% da nosa entidade que este ano vai para a iniciativa de Médicos Sen Fronteiras en Gaza”, explican.
La comitiva del club no fue la única en ascender al famoso monte ferrolano, sino que la mañana de este miércoles ha sido un goteo constante de gente que, como decíamos al principio, cuenta con su propia tradición. Uno de ellos es el veterano periodista Antonio Aneiros que, a punto de cumplir 82 años el próximo día 7 de enero —San Julián—, trotó hasta la ermita ataviado con una camiseta del Racing de Ferrol de sus amores, el club en el que además ejerció de gerente durante años junto al recordado Isidro Silveira.
Después, compartió una foto de su gesta en las redes, felicitando el nuevo año y acordándose de que “lamentablemente, lo he hecho sin la compañía de mi inolvidable amigo Juanito, pero está siempre en mi corazón”.
Y mientras todo esto ocurría, había quien dedicaba las primeras horas de luz del nuevo año al noble arte del descanso. Persiana cerrada para que ninguna rendija de sol pudiese desvelar a los juerguistas que, cada vez más, se sienten cómodos en las fiestas populares que han ido creciendo en los últimos tiempos por Ferrolterra.
Así, sin salir de Ferrol, el barrio de Canido repitió un nuevo éxito de convocatoria con la carpa instalada en O Cruceiro, donde tanto los vecinos y vecinas como los jóvenes de otros puntos de la ciudad compartieron bailes hasta casi el amanecer.
En Narón, la plaza de Galicia fue el escenario elegido para despedirse del año desde la 1.00 horas. En su caso, tuvieron como banda sonora a la aplaudida orquesta Origen y al no menos querido Grupo Claxxon. Tal y como manda la tradición, hubo también un espectáculo pirotécnico para dar la bienvenida al 2025, además de un Punto Violeta y un hospital de campaña atendido por Protección Civil.
Finalmente, otra de las carpas “findeañeras” más destacadas fue la de Fene, también contigua al consistorio, donde actuó la orquesta Fania Blanco Show y le tomó el relevo DJ Frank Fairlane desde la 1.00 hasta las 6.00 horas, terminando con un chocolate.
