Madrugar ha merecido la pena especialmente en estos últimos días en Ferrol. También esperar al ocaso en la calle o, mejor aun, en plena naturaleza, ha tenido premio. El inusual tiempo de este mes de enero, bajo una influencia anticiclónica, tiene mucho que ver, pero también el efecto conocido como dispersión de Rayleigh.
Explican desde MeteoGalicia que estos cielos rosas y bermellones, tanto al amanecer como al ocaso, se producen cuando existe la presencia de nubes altas y el sol atraviesa la atmósfera, entrando en juego la longitud de onda de las partículas.
Se trata, por lo tanto, de un fenómeno relacionado con la física y, más en concreto, con las propiedades ópticas de la luz solar que, recuerdan los expertos, está compuesta por toda la gama de colores visibles. La forma en la que se dispersan las partículas lumínicas, que no es uniforme, es fundamental en este caso.
Cada color está asociado a una longitud de onda diferente y, cuando el sol sale o se pone, sus rayos se encuentran con las capas superiores de la atmósfera con un ángulo específico. Cuando está cercano al horizonte, las ondas más cortas —con tonalidades azules y violetas— se dispersan más que las largas, las naranjas y rojas.
De todas formas, avanza MeteoGalicia que sus modelos predictivos apuntan a que los cielos se despejarán de nubes en la madrugada de este jueves, por lo que quizás el atardecer de este miércoles sea el último para presumir de cielo bonito en Ferrol a través de las redes, al menos hasta que regrese Rayleigh.