Más de un centenar de personas secundaron este mediodía la manifestación convocada por el sindicato CIG en As Pontes para denunciar “a inacción” de las administraciones ante las consecuencias socioeconómicas del cierre de la planta térmica de la villa. La protesta, que forma parte del calendario de la central nacionalista y que ya había sido anunciada en diciembre del año pasado, contó con la presencia del secretario xeral de la CIG, Paulo Carril, y su homólogo comarcal, Manel Grandal.

Así, pese a la intensa lluvia registrada durante buena parte de la jornada, la movilización arrancó a las 12.00 horas de la plaza do Carme, recorriendo diferentes calles de la villa hasta regresar al punto de inicio, donde se leyó un manifiesto. Minutos antes de que comenzase la protesta, Paulo Carril criticó que las diferentes administraciones “seguen sen ter” una solución a los problemas derivados del cierre de la central, asegurando que la conocida como transición justa “non existe” y que los múltiples anuncios realizados por el Gobierno central y los ejecutivos autonómico y local son “propaganda”.

De este modo, el secretario xeral acusó a Endesa, responsable de la planta, de “comezar o desmantelamento” de la misma, “deixando atrás despidos, ao tempo que está a actuar impunemente, sen asumir ningún tipo de responsabilidade social e territorial, ademais de continuar facendo caixa”. A su juicio, este proceso es una “reconversión industrial”, afeando que, más de cinco años después del primer anuncio del cierre, ninguno de los proyectos anunciados se encuentra en ejecución.

Uno de los puntos en los que volvió a incidir el máximo responsable de la CIG es la negativa del Gobierno central, a través de Red Eléctrica Española –operador oficial del sistema estatal–, de liberar los más de 1.400 megavatios de capacidad de evacuación del nudo de As Pontes de la antigua central térmica. En este sentido, el nacionalista calificó de “inexplicábel e inaceptábel” que siga sin convocarse el concurso público de transición justa para este territorio –como sí se está haciendo en Meirama–, cuando constituye “o valor engadido para o achegamento de proxectos industriais”, además de “un garante real de desenvolvemento que non deixaría o futuro das Pontes nas mans exclusivamente de promotores privados”.

Cabe recordar, por otro lado, que desde el Ministerio de Transición Ecológica se “renovó” a finales de diciembre el “compromiso” de construir una subestación eléctrica en el área de Maciñeira, aseverando que entraría en operación en el año 2026. Este anuncio fue muy criticado por la CIG, tanto por el hecho de que no supone una alternativa al concurso de transición justa, como por que los plazos de este proceso harían inviable contar con este activo para dicha anualidad.