El nuevo protocolo de actuación contra la plaga del picudo rojo en las palmeras comenzó a aplicarse en noviembre y el informe de seguimiento presentado recientemente en comisión registra que se ha aplicado el tratamiento fitosanitario mediante duchas con insecticida y nematodos a las palmeras inventariadas que no fueron descartadas y que se han realizado cirugías de yema en doce ejemplares. Este último procedimiento, más drástico y caro, puede resultar efectivo en las palmeras ya afectadas, siempre y cuando el avance no sea muy importante. Por eso se ha utilizado en lugares con un especial valor, con el objetivo de salvar los árboles singulares.
Es el caso de la plaza de Amboage, un espacio verde de la ciudad que no se entiende sin la presencia de esta especie. Parques y Jardines registra once palmeras y cuatro de ellas ya estaban afectadas. A estas se les ha realizado la cirugía, aunque su estado varía, con una estimación de supervivencia de un 10% en el caso de una de ellas, mientras que en las otras tres es del 70, 80 y 90%.
Otras palmeras singulares (son 21 en total), por dimensiones y edad, se ubican en el Cantón, donde se trataron de forma preventiva tres ejemplares y se hizo una cirugía. También se ha aplicado este último método en una unidad de la plaza de Sevilla y en otra de Herrerías. En las Angustias y A Graña se siguió el tratamiento fitosanitario. La del Baluarte de San Xoán, en cambio, estaba ya muy afectada por el picudo rojo, por lo que se ha descartado actuar más allá de cortar el ejemplar.
Otras zonas en las que se han aplicado tratamientos son la calle Coruña y Doctor Fleming, Colón y Carlos III, Pontedeume, plaza del Inferniño y colindantes, plaza de Ultramar o paseo marítimo de A Malata. Hay casos en los que las medidas no han surtido efecto y se han talado o se talarán las palmeras. Se ha descartado, por estar muy afectadas, actuar sobre ejemplares en la calle Ortigueira, Cedeira y Somozas y el paseo marítimo de Caranza.
En otro grupo de palmeras no se han tomado medidas de momento por ser ejemplares motivo de conflicto o porque no se consideran viables a largo plazo, por su localización o por tratarse de ejemplares jóvenes. En esta situación está una de la calle Vilarrube, la del parque de Santa Mariña bajo el tendido eléctrico, la avenida Castelao, zona verde de Lope Figueroa, Armada Española, parque Pedro Carbajal, calle Ejército Español, plaza Maestro Malde y plaza Fontenla Leal.
En la actualidad se continúa con el seguimiento e inspección en todos los ejemplares y en cuanto el tiempo lo permita se volverán a realizar los tratamientos fitosanitarios. Los apeos se llevarán a cabo cuando se acabe con los trabajos de poda.
Los grupos de la oposición se han interesado por la situación de los ejemplares que han quedado sin tratar y por el número de árboles que se talarán en total. También por las actuaciones en zonas como el IES Concepción Arenal, que tiene en su jardín ejemplares afectados por una plaga que amenaza la continuidad de la palmera canaria en toda la comarca.
El tratamiento contra el picudo comenzó en Ferrol con endoterapia, pero no fue suficiente. Se inició a finales del año pasado un nuevo protocolo con aplicación de productos fitosanitarios de forma frecuente de forma preventiva y a los ejemplares afectados a los que se les realiza cirugía. Este es el último intento antes de decidir cortar la palmera canaria.
Consiste en retirar formas vivas de la plaga y los daños secundarios, como zonas podridas. Se elimina toda la parte dañada y se determina si la yema apical está afectada o no. La cirugía puede ser parcial o total, dependiendo del estado de infestación, y se corre el riesgo de que pueda llevar a la muerte del ejemplar o a una pérdida de estabilidad de la palmera que pueda comprometer la seguridad del entorno.