Los presidentes de las asociaciones de hosteleros y de comerciantes mostraron ayer su respaldo a las decisiones del gobierno local respecto a la reorganización del tráfico y a la modificación del proyecto de la calle de la Iglesia por lo que suponen de mantenimiento de plazas de aparcamiento que iban a desaparecer.
El cambio aprobado el lunes implica que el entorno de San Xiao y del Jofre (hacia Irmandiños y Coruña) continuará usándose para aparcar, en lugar de plantar árboles como estaba previsto. También se permitirá estacionar en la propia calle de la Iglesia –en la manzana del Jofre– y se habilitarán plazas en Terra y en Rubalcaba en cuanto lo permita la obra. En total, son 70 huecos los que se recuperan respecto de la planificación del gobierno anterior.
“Necesitamos aparcamiento para acercar a la gente al centro. Es necesario que haya transporte público o bien plazas de aparcamiento, aparcamientos disuasorios”, explicó Emilio Vázquez, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostalería de Ferrol e Comarca, que pidió también más facilidades para acceder a los parkings ya existentes. “Todo lo que sean plazas a mayores, bienvenidas sean”.
El presidente del Centro Comercial Aberto-A Magdalena, Olegario Álvarez, pide “sentarse y hacer un plan de aparcamiento global que incluya plazas para residentes, para visitantes y para gente trabajadora” y en el que se pueda estacionar de forma gratuita o a un precio asequible, “que no vaya en nuestro detrimento”. Por eso considera “que es muy buena medida buscar plazas de aparcamiento y contamos con que este nuevo gobierno mejore en este aspecto la ciudad”.
Distinta ha sido la reacción de Ferrol en Común, que rompe “o habitual silencio de cortesía dos cen primeiros días de mandato” porque consideran “de gravidade os pasos atrás que se están a dar respecto á peonalización do barrio da Madalena”.
Afirman no estar sorprendidos con el anuncio del alcalde, “pois vai en consecuencia co seu modelo arcaico de cidade, onde prima o vehículo por riba das persoas”, y creen que no serán las últimas medidas en la misma dirección. Expresan su protesta ante “políticas de retroceso” contrarias a la sostenibilidad y que dibujan “unha cidade menos segura, menos accesible, máis contaminada e menos disfrutable”.