La primera de las tres jornadas de negociación del convenio colectivo de Navantia de esta semana se prolongó hasta bien entrada la noche con algún acercamiento y también alejamiento en las cuestiones que se abordaron, como la clasificación profesional y las promociones de los diferentes grupos. En el caso de los dos primeros, que afectan a los técnicos superiores se han producido avances, pero no así en el de los operarios, para los que la empresa ha presentado una contrapropuesta a la proposición planteada por el intercentros.
Esta cuestión centró el debate de una jornada que comenzó con un cambio en la presidencia de la representación de los trabajadores. Un problema de salud impide a la persona que hasta el momento ostentaba ese cargo, delegado del sindicado CSIF, continuar ejerciendo esa responsabilidad y se eligió –a los delegados de los astilleros en la ría de Ferrol les cogió por sorpresa ese movimiento– a una representante de Comisiones Obreras. El delegado de UGT se mantiene como secretario.
Pese a que, al menos en lo que respecta a los grupos profesionales, hubo una de cal y otra de arena, los delegados de Navantia Ferrol –tres, uno de MAS, otro de CIG y otro de CCOO– perciben un “cambio de actitude” en la dirección y, con él, confianza en que tanto hoy como mañana se pueda avanzar en cuestiones clave para poder acercarse a un preacuerdo que presentar en las respectivas asambleas.
Con todo, advierten de que hay temas mollares, como la reducción de la jornada, la edad de las prejubilaciones o la recuperación de parte del poder adquisitivo perdido en los últimos años por la inflación, que deberán desbloquearse para intentar llegar a final de año con la posibilidad –manifestada también por la compañía pública– de firmar el segundo convenio colectivo.
Mientras los delegados locales en el comité intercentros negocian en Madrid, los astilleros de Ferrol y Fene completaron su primera jornada de huelga. Serán tres, es decir, continuará hoy y mañana, como medida de presión para que se acelere la negociación. La decisión se tomó el pasado lunes en una asamblea en la que la plantilla apoyó la propuesta de paro de MAS y CIG en respuesta "á actitude da dirección en contra de CGT y CCOO".
El día se cerró sin incidentes de relevancia y el paro estuvo caracterizado por la normalidad. Los servicios mínimos y de emergencia pudieron desarrollar su trabajo con normalidad.
Cabe recordar que la semana pasada, la asamblea decidió en referéndum paralizar todo movimiento de bloques del programa de construcción de las fragatas F-110, tal como sucedió este mismo verano entre el inicio del periodo de vacaciones –a mediados del mes de julio– y el 11 de septiembre.