El artista ferrolano David Barro es, desde esta semana, el director del Es Baluard Museu d’art Contemporani de Palma. Para la obtención del puesto, el licenciado en Historia del Arte resultó ganador de un concurso público en el que decidía un jurado integrado por profesionales del sector.
La presentación del nuevo miembro de la directiva fue pública y tuvo lugar el lunes, con la presencia del patronato. Así pues, acompañaron a David Barro distintos representantes del Govern, del Consell, del Ajuntament y de la Fundació d’Art Serra, donantes de la primera colección.
El director encara la responsabilidad con ganas, ya que se encuentra “muy ilusionado con esta etapa porque supone liderar el buque insignia de los museos de arte, sobre todo contemporáneo, en las Baleares”, declara Barro.
En los grandes museos, el concurso es un procedimiento de selección habitual. En este caso, la organización solicitó a los candidatos un balance de la trayectoria profesional, un proyecto y una programación de las medidas que tomarían en el centro en los próximos años. “La política, por ejemplo, no está presente porque el jurado está formado por profesionales acreditados del mundo del arte”, destaca Barro. Entre los miembros que resolvieron el proceso estaban el director del Thyssen y el crítico Fernando Castro.
David Barro nació en Ferrol, donde residió hasta los 10 años, aunque después continuó manteniendo el contacto. En todo caso, los inicios de su recorrido profesional están vinculados al Centro Torrente Ballester, donde colaboró con su dirección artística. Sus primeras exposiciones se colgaron en el interior de este edificio, cuando en el año 2001 empezó el ciclo de arte joven “Miradas virxes”, que incluía 21 muestras individuales.
“Muchos de los artistas que luego fueron importantes dentro del panorama gallego y nacional hicieron su primera exposición individual institucional”, declara Barro sobre su debut en el Torrente Ballester. Algunos ejemplos nombrados por el ferrolano son Vicente Blanco, Rubén Ramos Balsa, Almudena Fernández, Álvaro Negro y Suso Fandiño.
Durante tres años seguidos realizó, cada dos meses, una exposición en lo que se llamaba el Tercer Espacio, en el Centro Torrente Ballester, donde también desarrolló una posterior etapa artística, en la segunda década del 2000. En el primer período también trabajó en las colecciones de Arco y CGAC, según informa el historiador del arte.
Algunas de las funciones como director son la coordinación de las distintas áreas como la conservación de la colección, las labores pedagógicas y temas administrativos, así como la programación de las exposiciones y la representación pública del museo. “Hay muchas partes de mi trabajo que me gustan pero sobre todo las que requieren más creatividad”, expresa Barro.
El reto que supone esta etapa para el ferrolano es consolidar la singularidad del museo, que radica no solo en la colección, sino también en el emplazamiento emblemático en el que se enmarca, que por sí solo es un reclamo turístico, según Barro.
Asimismo, se propone “tratar nombres incuestionables del arte contemporáneo internacional y conjugarlo con artistas españoles y baleares que posean una trayectoria rigurosa”, expone Barro. Sobre este último término concreta que el criterio no tiene que ver con los años de experiencia, sino con la tenacidad al trabajar en su campo.