La parroquia pontesa de Goente acogió ayer la décimo tercera edición de la Feira do Mel e o Queixo; una de las citas de referencia del otoño en la comarca pero que, gracias a las inusualmente altas temperaturas, dejó estampas más propias de las tradicionales festividades gastronómicas del verano.
El evento, organizado una vez más por el gobierno local en colaboración con la Casa do Mel y Queixerías do Eume, arrancó poco después de las diez de la mañana con la apertura de puestos. Aunque la jornada comenzó relativamente lenta, no tardó demasiado en coger ritmo, llenándose todos los puestos de decenas de vecinos y visitantes antes del mediodía.
Precisamente a partir de las doce comenzaron dos de los talleres puestos en marcha para la ocasión: para los más pequeños, uno de cocina; mientras que ya para todos los públicos hubo otro de creación de huertos para abejas. Ambas actividades, como ya se había señalado durante la presentación de la feria, tuvieron un segundo pase a las cuatro de
la tarde.
Como no podía ser de otro modo en una festividad que tiene como principal objetivo la exaltación y promoción de los productos locales, uno de los momentos que generó mayor expectación entre los participantes fue la degustación de aperitivos. Esta dio comienzo poco después de las 12.30 horas, ofreciendo a los presentes una gran variedad de propuestas culinarias realizadas empleando como base la miel y el queso, signo de identidad de la feria.
Asimismo, la jornada estuvo amenizada con varias actuaciones musicales, además de un espectáculo de zancudos y malabares para entretener a los más pequeños. De igual modo, para todos aquellos que quisieron almorzar en el lugar del festejo sin tener que desplazarse a alguno de los restaurantes del municipio –y que optaron por no traer su comida desde casa–, también se habilitó desde la organización un servicio de pulpeiro a precios populares.
Como ya se señaló, la actividad del evento se retomó sobre las cuatro de la tarde con el segundo pase de los dos talleres, que se extendieron hasta las seis. Finalmente, la décimo tercera edición de la feria, posiblemente una de las más calurosas de las que se han celebrado, cerró sus puertas sobre las siete.