La ciudad naval vive un momento convulso. Por una parte, la recuperación económica tras la pandemia de coronavirus es una realidad, con cifras de empleo, de creación de empresas e incluso de tráficos portuarios mejores al estallido de la epidemia mundial. Por otra, la Encuesta de Población Activa (EPA) sigue arrojando resultados negativos que hasta los factores anteriormente mentados no logran mejorar.
En este sentido, el último de estos estudios trimestrales elaborados por el Instituto Galego de Estatística (IGE), correspondiente a los meses de octubre a diciembre y publicado ayer, muestra una ruptura de la tendencia positiva vista en períodos anteriores que ha terminado lastrando los resultados de 2022 en su conjunto. Y es que, si bien dicha desaceleración se ha visto en la práctica totalidad de Galicia, Ferrol continúa inamovible a la cola de las siete grandes ciudades.
De esta forma, la tasa de actividad –resultado del cociente entre la población activa y aquella en edad de trabajar, multiplicado por 100– se situó en el 46%, la más baja del año, 3,4 puntos por debajo del trimestre anterior y a 2,8 de la media anual. En comparación, la siguiente más baja de las siete grandes urbes fue la de Pontevedra, del 49,6% –cayó un 2,5– y la más alta fue la de Lugo, con un 58,3% y un aumento del 0,3.
La tasa de ocupación –la proporción de ciudadanos empleados frente a aquellos con edad y capacidad de trabajar–, por otra parte, descendió hasta el 38,7%. Se trata del segundo resultado más bajo del año tras el primer trimestre (38,1%) y supone una caída de 3,6 puntos respecto al tercero y de 1,5 frente al total anual. En este sentido, Pontevedra volvió a estar por encima de la ciudad naval con un 43,5% y Lugo lideró de nuevo el balance gallego con un 52,7%. De igual forma, comparativamente ambos resultados se sitúan por detrás de los registrados en el mismo período tanto de 2021 como de 2019, siendo la tasa de actividad del 49,3 y 49,1 y la de ocupación del 38,5 y 42,6%, respectivamente.
En cuanto al paro, los resultados durante la cuarta EPA del año fueron algo más alentadores, pese a sufrir un retroceso. Según el informe del IGE, esta tasa se situó en el 15,9%, lo que supone un descenso de 1,4 puntos frente al período anterior, pero se sitúa como la segunda mejor del año y muy por delante del primer y segundo trimestre (22,4 y 17,2%). A este respecto, el volumen de desempleados fue inferior al del mismo período de 2021 (22%), pero superior al de 2019 (13,2%). Comparándolo con el resto de ciudades gallegas, no obstante, el resultado de Ferrol queda lejos de la segunda tasa de paro más alta, la de Vigo (12,9%), continuando Lugo como la urbe con las mejores cifras de todo el conjunto (9,7%).
Por otra parte, la encuesta del IGE muestra la evolución en la relación de población total, activa e inactiva de las siete grandes ciudades, reflejando un dato especialmente preocupante en el caso de Ferrol. De los 55.900 habitantes mayores de 16 años –el documento se estructura en miles de personas, por lo que la cifra no es exacta–, 25.800 se corresponderían con la población activa –la suma de ocupados y parados– y 30.200 con inactiva –pensionistas y jubilados, personas con una incapacidad permanente, amas de casa y estudiantes–.
En este sentido, el conjunto de los inactivos es un 17,05% superior al de los activos y un 54,02% de la población total, lo que remite, entre otros puntos, al incremento constante del saldo vegetativo en Ferrol y a la constante caída en el número de vecinos de la ciudad naval. En comparación, la única gran urbe de Galicia con un fenómeno similar es Pontevedra y, en este caso, la diferencia entre activos y pasivos es tan solo de 700 personas.