Pese a que hasta la fecha no ha sido necesario cancelar ninguna propuesta del programa cultural del segundo semestre del año, y las previsiones del concejal del área pasan por no tener que hacerlo, desde el departamento de Cultura hay preocupación por la situación en la que se encuentra el servicio, bajo mínimos y con el problema añadido de que “cos créditos ordinarios do 2023 pagáronse facturas do exercicio 2022, por un importe de algo máis de 367.000 euros”, como afirmó el concejal del área José Antonio Ponte Far ayer, tras la celebración de la primera comisión de Cultura que presidió.
Este hecho dificulta enormemente el trabajo de los nuevos responsables municipales que confían en poder destinar partidas económicas procedentes de remanentes de otras áreas, si los hubiera, para poder hacer frente a los pagos de la programación ya cerrada por parte de la empresa Eulén, que se encarga del asunto. Con respecto a este aspecto, el edil aseguró que las pretensiones del gobierno municipal pasan por licitar un nuevo contrato para hacerse cargo de la programación cultural de cara al último trimestre del año.
Desde el Concello recuerdan que a ese problema de liquidez hay que sumar otros gastos corrientes de gestión, como pueden ser espacios culturales, subvenciones nominativas y de libre concurrencia, incremento del precio de las actividades realizadas, etc, cuestiones todas que redundan que “non hai créditos para actividades culturais, festivas ou deportivas”, asevera.
Falta de personal
Según la Relación de Postos de Traballo (RPT) vigente, faltarían por cubrir un Jefe/a de Sección, un Jefe/a de Negociado y tres oficiales administrativos. Así como explicó ayer Ponte Far, en la actualidad “o Concello dispón dun Xefe de Servizo para as tres áreas (Cultura, Festas y Deportes), un técnico de Cultura e unha administrativa, que remata o seu contrato de bolseira en outubro”.
Pese a la situación, el titular del área de Cultura confía en que a través de transferencias de crédito urgentes se pueda salvar la programación prevista, “comprometida, pero no contratada”, como precisó.
Ponte Far quiso recordar un título del poeta Luis Cernuda, “La realidad y el deseo”, en alusión a lo que acontece con el área que preside, la realidad es mala pero el deseo de solución es firme.