La campaña de extracción de zamburiña en la ría de Ferrol finalizará este mismo mes, apenas treinta días después de su inicio. El motivo, la elevada mortandad con la que los mariscadores se han encontrado en los bancos al retomar la actividad tras una veda que ha durado seis meses.
Ante esta circunstancia, los armadores de los barcos con arte de rastro –13 en total, la mayoría del pósito de Curuxeiras– decidieron el pasado viernes respetar este primer mes para el que habían solicitado la apertura y continuar recolectando este preciado bivalvo un par de semanas más, aunque, tras haber “peinado” prácticamente toda la ría, consideran que no hay ninguna posibilidad de que la situación cambie. Será, por lo tanto, la campaña más corta desde que en la década pasada el sector volviera a fijarse en un recurso que en los años 90 del siglo pasado había desaparecido.
Detrás de esta escasez y mortalidad estaría, explican desde las cofradías, el exceso de agua dulce que aportaron las riadas de noviembre y diciembre pasados. “No hay prácticamente nada; hay muchísima concha y nuestros barcos apenas han podido alcanzar la mitad de los cupos máximos que permite el plan de explotación”, explicaba ayer Gustavo Chacartegui, responsable del pósito ferrolano.
Alberto Pardo, patrón del “Coviña”, añade que “sí que vemos cría, pero mucha zamburiña muerta, así que para preservar el recurso decidimos parar y dar por finalizada la campaña, a ver si este año no llueve como el anterior y se puede recuperar”.
“O comezo foi moi malo”, confirma Jorge López, patrón mayor de la cofradía Santiago Apóstol de Barallobre, “porque nos encontramos con boa parte da zamburiña morta, polo que as tres confrarías e os armadores nos reunimos e decidimos pechar a extracción e esperar ata o ano que vén, a ver se os reprodutores que quedan poden seguir o ciclo e ter produto”.
Esta situación supone un contratiempo grande para el sector, pues, comenta López, “había moita demanda de produto, pero o primeiro é facer todo o posible para tela no futuro. Agora hai que parar para ver se o ano que ven podemos traballar, se non seis meses, polo menos tres”.
Efectivamente, la demanda de zamburiña se había disparado en los últimos años, hasta el punto de ser la protagonista de eventos como las Xornadas que se celebraron hace casi un año –fueron en junio de 2023– con la implicación de Fervello, Autoridad Portuaria y la Cofradía de Pescadores de Ferrol.
En el pósito de Curuxeiras, por ejemplo, su importancia se tradujo en los últimos años en unas capturas que, desde que los primeros armadores, como Jaime Gabarri, recuperaron una extracción de cierta magnitud y volumen –2014, en el que se sacaron más de 4.500 kilos–, siempre superaron las 12 toneladas, con facturación récord el año pasado, por encima de los 165.000 euros a pesar de no ser ejercicio –lo fue 2019, con 23 toneladas– más intensivo en extracción.
La recuperación del recurso y su valoración en el mercado, subraya el patrón mayor de Ferrol, Gustavo Chacartegui, “fue una muy buena noticia para el sector”, hasta el punto de que Alberto Pardo lo considera “un salvavidas”, no solo por la aceptación que tuvo en el mercado, sino porque, por ejemplo, en tres o cuatro años se duplicó el precio”. Así lo muestra la plataforma Pescadegalicia de la Consellería do Mar, que refleja que la cotización media pasó de estar por debajo de los 7 euros el kilo en 2020 a los 13,50 de 2023.