El Ateneo Ferrolán alberga en su planta baja, desde el año pasado y con carácter permanente, la muestra “Arqueoloxía Castrexa”. Esta propuesta, que está integrada por restos de asentamientos locales y documentación, fue comisariada por Sara Jamardo Monteagudo, de Caldas de Reis, a raíz del grado en Xestión Dixital de Información e Documentación de la UDC que cursó en el Campus de Ferrol.
La responsable, que obtuvo su título el pasado mes de septiembre y tiene la intención de continuar la formación con un máster, realizó prácticas con Fernando Rivera como tutor, quien trata de que los aprendices desempeñen las distintas funciones que tiene él en el centro. Entre estas se encuentran todas las tareas que conlleva una exposición, desde la organización al montaje, por lo que el instructor le ofreció la oportunidad del comisariado.
Se trata de un oficio que, a diferencia de otros asociados a su carrera, todavía no había desarrollado y que le parecía muy interesante. “Me gustó bastante la experiencia y creo que es algo que volvería a hacer”, concluye de esta primera vez, consciente de que “cada exposición va a ser un mundo”, tanto por la diversidad temática como por el tipo de institución en la que se realiza.
“La exposición versa sobre la sociedad Dugium y principalmente, el castro de Lobadiz”, destaca Sara Jamardo, que también explica el origen de este colectivo, fundado en 1970 “por un grupo de ferrolanos que querían descubrir el pasado de la ciudad y de su entorno”. Asimismo, es determinante el “contexto de posguerra, donde el movimiento cultural era muy escaso”, remarca, en referencia al mérito del florecimiento de este colectivo.
“Algo que tiene curioso este grupo es que hubo un gran número de mujeres que formaron parte”, indica sobre la sociedad histórica, artística y arqueológica, en especial por la época en la que actuó. Según concreta la documentalista, una de las primeras actividades que llevó a cabo el grupo fue la excavación del castro de Lobadiz, de donde proceden gran parte de las piezas.
Sara Jamardo apunta algunos ejemplos que integran la muestra, como puede ser un álbum con fotografías de las excavaciones realizadas, en el que aparecen los miembros participantes de la sociedad Dugium, así como ciertos trabajos de catalogación posteriores. En cuanto a los restos, destaca la piedra de un molino: “me sorprendió bastante que se conservase tan bien”.
La sociedad Dugium tiene una estrecha relación con el Ateneo Ferrolán, tal como detalla Jamardo, ya que “parte de sus integrantes también acabaron formando parte de la vocalía”. Así, una vez se disolvió la entidad histórica, los restos que halló el grupo y la documentación que poseía fueron donados al centro cultural.
Estas instalaciones continuaron conservando los descubrimientos porque las excavaciones son anteriores a la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, por la que actualmente los restos que se encuentren, por ejemplo, en el castro de Esmelle, tendrían que ser trasladados al museo que alberga el castillo de San Antón, en A Coruña. Precisamente, de este asentamiento en el lugar de Tralocastro también se exhibe documentación en la muestra.
“Lo que hay expuesto, ya sean libros, documentación sobre la sociedad, fotos, o incluso los restos estaban en el Ateneo”, indica la comisaria, quien aclara sobre la agrupación que “ahora mismo, las excavaciones que hizo se considerarían ilegales”.
En efecto, Sara Jamardo no obtuvo ningún recurso externo al centro cultural “para darle valor a los restos y al Ateneo”, de manera que uno de los asuntos centrales es el motivo de por qué se conservan en este lugar los hallazgos, así como su importancia y su relación con la sociedad.
Además, el archivo del centro se encuentra en proceso de digitalización y, con el objetivo de facilitar el acceso a la documentación de la muestra “Arqueoloxía Castrexa”, la organizadora puso a disposición de los visitantes en el recinto un código QR que enlaza al repositorio web.
La exposición constituyó la última tarea desarrollada en el periodo de prácticas y contó tan solo con un mes aproximadamente para llevarla a cabo. Al tratarse de una propuesta de dimensiones reducidas, la responsable considera este tiempo suficiente, a pesar de tener que realizar “un proceso muy documental”.
Según consideró Sara Jamardo, esta fase de recabado de información fue la más lenta seguida de la correspondiente a la selección, que debía efectuarse atendiendo a diferentes criterios. En todo caso, una de las partes fundamentales de la elaboración de la muestra es la forma en la que se enlazan los contenidos para dar sentido al resultado.