Recogiendo la idea que plasmó Bradbury en “Fahrenheit 451”, los niños y niñas de Ferrol están llamados a salvar de la “quema” a un puñado de obras infantiles que se agolpan en las estanterías de la biblioteca de la plaza de España. Su amenaza, en este caso, no son los bomberos a cargo de un gobierno dictatorial, sino Ferrolisa, una profetisa que llega del planeta Profetisius, ubicado en una lejana galaxia.
Encarnada por la actriz Vera Pidal, este personaje viaja por el espacio y llegó a la Tierra, un lugar que le parece “hermosísimo”, pero del que también “le choca el comportamiento humano, las guerras, el que no vivamos más conectados con la naturaleza”, explica, precisando que Ferrolisa culpa a los relatos infantiles de esta situación hasta que los pequeños lectores la convencen de que, precisamente, “esa es la forma de salvarse: leyendo cuentos”.
La biblioteca ha programado sesiones abiertas a la participación los jueves de septiembre y octubre, de modo que este jueves llegará Ferrolisa a las 17.30 horas en su nave espacial y repetirá travesía el 24, Día de las Bibliotecas, con una sesión final muy especial junto a la “Profetisa Maior”.
En días anteriores, los títulos de los libros que Ferrolisa quiere destruir penden de un árbol que se ubica a la entrada del edificio. Los pequeños seleccionan el que quieran salvar y se lo leen antes de acudir a la sesión, donde además de la profetisa suele haber un personaje de esas obras, interpretado por el actor Brais Campos, que se pone del lado de los niños y niñas.
“Improviso durante una hora con ellos, conectando desde el corazón porque aman a Ferrolisa, y le explican los motivos por los que el libro que se han leído no puede desaparecer. Demuestran una gran inteligencia emocional, pillan el mensaje. Incluso, cuando me ven agitada, me intentan tranquilizar”, añade Vera, a la que no le ha costado “mimetizarse” con la profetisa.
María Pena es la responsable de la biblioteca desde el pasado mes de marzo y, junto a su equipo, “parieron” al personaje con un doble objetivo: promocionar la lectura infantil y también valores como la tolerancia y la empatía.
“Buscábamos una actividad propia y original, exclusiva de Ferrol, donde trabajásemos contenidos educativos”, valora, gratamente sorprendida con la respuesta de los pequeños, “que han desarrollado un sentido de protección de un objeto cultural como el libro”, y de sus familias, “que no paran de felicitarnos”.
Le sorprende, además, cómo los niños y niñas argumentan en favor del título que desean proteger “sin tratar de imponer su criterio, sino de convencerla, conscientes de que ella no es de aquí y desconoce nuestra cultura”. Habrá tras el final del día 24 más experiencias con Ferrolisa, avanza, tratando de adaptarse también a la demanda de las familias.