Sin duda, el banco de “O Pensadoiro”, que ofrece unas vistas sin igual de los acantilados de Loiba, marcó un antes y un después a la hora de incorporar este tipo de infraestructura en puntos estratégicos . El éxito de este asiento fue tal que todos querían visitar Ortigueira para hacerse una foto desde ese banco, situado en un espacio de gran belleza sobre los famosos acantilados de Loiba. Un elemento tan sencillo y que gustaba tanto a vecinos como visitantes no pasó desapercibido en otras localidades y su proliferación ha sido mayúscula no solo por el resto de la comarca, también por el resto de Galicia y el país, todos querían su banco. Tanto es así, que este famoso asiento ubicado en el mirador do Coitelo, –al que los vecinos llaman O Pensadoiro– ha sido catalogado como el mejor banco del mundo. Lo sea o no, hay muchos otros que se han convertido en un reclamo en la comarca y consideramos importante hacer un pequeño repaso a los más destacados.
Y es que disfrutar de un alto en el camino tras una ruta a pie constituye el mejor premio para quienes llevan rato caminando y nada mejor que tomar un refrigerio aderezado con las mejores vistas. Uno de estos bancos que vale mucho la pena visitar y que estaba ahí mucho antes que el de Loiba se encuentra en Fene, no es un banco al uso, ya que estamos hablando de una roca que hace las funciones de asiento y que se encuentra en lo alto del pico de Coto do Rei en la zona de Marraxón, en Sillobre. Sin duda, las mejores vistas de la zona, al menos las que ofrecen la mejor y más amplia panorámica de la ría de Ferrol pero también la de Miño, llegando a vislumbrarse en los días más claros la coruñesa Torre de Hércules. El pero que se le puede poner a este banco son los accesos, con muchas piedras sueltas que dificultan el trayecto de 300 metros que hay desde la carretera al mirador, ubicado en pleno asentamiento megalítico en un monte mancomunado.
Acantilados, montes, ríos o cascadas, cualquier espacio es válido para instalar uno de estos bancos, y otro de estos que vale la pena disfrutar se encuentra en Monteventoso, donde se ha instalado el “banco Kuki”, como anuncian las señales del lugar. Desde que se construyó –empleando para ello palés–, en mayo de 2017 la estructura ubicada sobre una batería militar se ha convertido ya en uno de los bancos más fotografiados por los instagramers de la zona.
Cabe destacar que el portal Viajestic de La Sexta publicó recientemente un listado con los bancos con mejores vistas del mundo, en el que enumeraban a este y el de Loiba entre una selección de diez de todo el mundo ubicados en lugares tan míticos como Estados Unidos, el Gran Cañón del Colorado, el Lago Maggiore, en Suiza o el monasterio de Petra, en Jordania, entre otros.
Volviendo a nuestro entorno más próximo, también requiere de una visita el famoso banco del monte de Ancos, en Neda, cuyos accesos se pueden realizar sencillamente por carretera. Desde 2018 se puede disfrutar de las vistas que ofrece este paraje cómodamente sentados. Bautizado en su inauguración como el “banco más original del mundo”, obra del carpintero y ebanista fenés Juan Manuel Mosquera, el banco se confeccionó con restos de madera sobrante de la obra de la piscina municipal.
También Valdoviño ofrece la posibilidad de disfrutar de las maravillosas vistas de su costa reposando en el banco de Meirás, muy frecuentado también cuando hay temporal marítimo.
Asimismo, si no hay banco físico, se hace o se improvisa. En las baterías de A Bailadora, en el concello de Mugardos, son las rocas las que ejercen de banco improvisado, donde muchos aprovechan para hacer un alto en el camino y disfrutar de una buena panorámica, tal vez la mejor de la boca de la ría. Y es que se trata de uno de los mejores lugares –junto con el castillo de San Felipe y el propio pueblo que le da nombre– que hay en la zona para disfrutar de la salida de algún barco o plataforma.
No podemos dejar de citar también en este breve repaso el banco que se sitúa en los accesos a la maravillosa e instagrameable cala de Sonreiras, en Cedeira, que ofrece unas vistas maravillosas de la villa desde la parte alta del puerto local. Otro espacio que merece una visita y, si apetece, un rato de reposo en su asiento.