Las fuertes lluvias de las últimas semanas evidencian problemas estructurales en el entorno de Ferrolterra

Las fuertes lluvias de las últimas semanas evidencian problemas estructurales en el entorno de Ferrolterra
Las inundaciones, junto a la retirada de ramas y árboles, son las intervenciones más comunes durante los temporales | J.M.

El pasado miércoles, día 15, se cumplieron en Ferrol 34 jornadas seguidas con lluvia, superando el anterior récord histórico en el área –33, en 2019–. Durante más de un mes, el conjunto de las tres comarcas encadenó cuatro borrascas –”Babet”, “Ciarán”, “Domingos” y “Elisa”– con episodios de precipitaciones más o menos intensas y temporales como el de esta semana.


Así, si bien es cierto que la lluvia es casi una parte de la idiosincrasia gallega, estos fenómenos meteorológicos hacen evidentes las deficiencias que presentan los diferentes concellos a la hora de enfrentarlos, principalmente a nivel de infraestructuras. Y es que, aunque los tres parques de bomberos del área –Ferrol, Narón y As Pontes– y los Grupos de Emerxencias Supramunicipais (GES) de Mugardos y Ortigueira cuentan con excelentes profesionales, su labor se ve muy limitada si no se atajan ciertos problemas de carácter urbanístico.


En el caso de la ciudad naval, por ejemplo, existen algunos puntos negros, bien conocidos por la ciudadanía, que son propensos a inundarse en el momento en el las precipitaciones alcanzan cierta intensidad. La carretera de la Trincheira, las avenidas de Vigo y Esteiro o el túnel de la plaza de España son solo algunos ejemplos de áreas que requieren con frecuencia la intervención de estos profesionales por acumulaciones de agua; una coyuntura que, en términos generales, no supone un problema mayúsculo pero que, en casos como el temporal de esta semana, pueden suponer una pérdida de eficiencia del servicio al tener que dedicar parte de sus recursos a solventar estas balsas.


Una situación similar puede observarse en Fene y Neda, donde los vecinos aún sufren las consecuencias de las riadas registradas en la madrugada del martes. En el primero de los casos, tras el paso de la tormenta y en plena evaluación de daños, la concejala fenesa de Seguridade, Sandra Permuy, criticaba que el Concello lleva años promoviendo sin éxito proyectos para la mejora del entorno del río Cádavo de cara a evitar inundaciones, pero que nunca obtienen respuesta desde Augas de Galicia o la Demarcación de Costas.


La situación vivida en Neda, por otra parte, es más particular, dado que era la primera vez que se vivía una riada de esa magnitud, provocada por la ruptura de un muro de contención del río Basteiro y del cual se desconoce si presentaba algún tipo de deficiencia.


En cualquier caso, como se señaló a principios de octubre desde el Speis de Narón, el mantenimiento y, sobre todo, la prevención es la clave. Nada apunta a que, al menos a corto plazo, vuelvan a vivirse coyunturas como las de los últimos días, pero sus consecuencias son, cuanto menos, un recordatorio para las administraciones de que aún hay importantes problemas que atajar en el entorno de Ferrolterra.

Las fuertes lluvias de las últimas semanas evidencian problemas estructurales en el entorno de Ferrolterra

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