Una grúa de cuatro metros comenzó en la tarde de ayer a demoler la fachada del edificio que se vino abajo el pasado martes.
El Concello ha tenido así que hacer frente a una actuación de urgencia tras el derrumbe del número 37 de la calle Carlos III, el segundo en un año en este mismo casco histórico.
Tras el suceso, que llenó de escombros la calle y hacía peligrar el resto de la estructura del edificio, en la tarde de ayer comenzaron a ejecutarse los trabajos de demolición de la fachada, que daba también a la calle Fernando VI, y que precedieron a las actuaciones de desescombro que deben realizarse antes de volver a abrir los viales al tráfico y de que quede limpia la zona evitando la peligrosidad de nuevos desprendimientos.
Los trabajos de demolición durarán todavía dos días y se trata de una actuación urgente ante el riesgo de caída de la fachada. El Concello contactó la misma noche del suceso con una empresa especializada en demoliciones que es la que está llevando a cabo las tareas desde la tarde de ayer con un coste que se repercutirá al propietario del edificio.
Los desalojados no podrán regresar hasta contar con un informe técnico que aporte seguridad
El derrumbe fue advertido el martes por un vecino del número 39 y denunciado ante la Policía local al percatarse de una importante grieta en la pared que unía el edificio que se vino abajo y el suyo. Poco después se producía el desplome.
Tras haber tomado estas medidas, los técnicos municipales analizarán ahora el edificio número 39 y en tanto no se lleve a cabo el informe los inquilinos no podrán regresas a sus viviendas. Aunque el Concello les ofreció alojamiento alternativo, estos lo declinaron.
El edificio contaba, tal y como explicaron fuentes municipales, una orden de ejecución y las actuaciones de mejora habían sido acometidas. Actualmente tenía una licencia de rehabilitación integral.
La Asociación de Vecinos de Esteiro sigue con preocupación el estado en el que se encuentran varios inmuebles en el barrio, la práctica totalidad en la calle Carlos III, donde se ha producido en los últimos años más de un derrumbe. Su presidente, Manuel Ángel García Varela, explica que en esa zona tienen contabilizados desde la entidad en torno a 14 inmuebles en estado ruinoso y, de hecho, casi enfrente al que se desplomó este martes, hay un muro “que no sé cómo no se ha caído con el viento de estos días”. Se mantienen en contacto permanente con el gobierno local, con el que actualizan la situación cada semana, y que busca, comenta García Varela, a los propietarios de las casas, una tarea que se complica cuando se trata de herencias en múltiples manos. l