Los datos hablan por sí solos, parece que el número de celebraciones religiosas se mantiene a la baja en las parroquias de la Diócesis de Mondoñedo Ferrol, una tendencia generalizada en los últimos tiempos que no es ajena a otras diócesis.
Así, analizando los datos que publica anualmente la Iglesia se observa un importante descenso en el número de celebraciones religiosas. En el caso concreto de las comuniones, la cifra experimenta una caída importante desde 2017, cuando se registraron 1.131 celebraciones, frente a las 1.062 de 2018; 910 de 2019; 719 de 2020; 812 de 2021; 787 de 2022 y 682 de 2023. A excepción de 2021, que se produce un repunte tras el bajón acusado de los años del covid, la tendencia es a la baja, pasando de las 1.131 celebraciones de 2017 a las 682 que se oficiaron el año pasado, con una diferencia negativa de 449.
El número en este tipo de celebraciones ha caído y con ello también el número de catequistas que preparan a los menores para tomar la Comunión, pasando de los casi 500 (494) que se contabilizaban en 2017 a los 315 que ejercieron su labor dentro de la diócesis durante el año 2022. En total 179 profesionales menos en solo siete años.
En el caso de los matrimonios la tendencia es menos clara y el período del covid ha tenido una mayor incidencia registrándose el año pasado un importante repunte en estas celebraciones. Así, en 2017 se contabilizaron 223 matrimonios, frente a los 196 del año siguiente. En 2019 la cifra de bodas por la Iglesia cayó hasta los 151, mientras que en 2020, como consecuencia del covid, el descenso fue muy importante, oficiándose solo 54 enlaces matrimoniales. En 2021 se registró un ligero repunte, hasta los 89 matrimonios y en 2022 la cifra volvió a ascender hasta los 131, situándose en la media. Falta conocer la cifra de 2023 para ver si ese repunte se mantiene en el tiempo o ha sido motivado por el gran número de oficios matrimoniales que se suspendieron durante los años de la pandemia.
Los bautismos también disminuyen, pero también lo hace el número de nacimientos. Así, analizando los datos de la Diócesis, se ha pasado de los 1.088 registrados en 2017 a los 710 de 2022.
Volviendo al tema de las comuniones, mayo y junio son los meses más habituales para la celebración de comuniones y encontrar restaurante no resulta nada fácil si uno no se organiza con tiempo. C.I, es una vecina de Fene que asegura que pensaba que enero era tiempo más que suficiente para organizar el tema del restaurante y resultó que no era así. “No daba crédito cuando empecé a llamar a los diferentes restaurantes que tenía en mente, todos estaban reservados hacía meses ya, era obvio que lo había dejado para muy tarde”. M. C. es otra vecina de la zona, que en su caso ya reservó restaurante el año pasado y su hijo tomará la Comunión este domingo 26. Ellos optaron por compartir restaurante y así los niños poder celebrar juntos ese día. “Siendo así había que organizarse con tiempo, ya que es más complicado encontrar restaurantes de estas dimensiones y características”, asegura.
Lo que se busca mayoritariamente es un restaurante que disponga de zonas al aire libre en las que poder desarrollar actividades o juegos para los niños, de ahí que los que cuentan con estas características sean los primeros en cerrar su calendario de comuniones.
Búsqueda de restaurante, elección del traje, fotógrafo, diseño del menú y de la fiesta, los detalles para los invitados... en definitiva, tomar la Comunión obliga a organizarse con mucho tiempo, como si de una boda se tratase, y meterse en un gasto económico también importante, hechos que pueden contribuir al descenso en el número de estas celebraciones religiosas.