Mario Vega: “Quien llega a una guerra termina convirtiéndose en víctima y victimario al mismo tiempo”

Mario Vega: “Quien llega a una guerra termina convirtiéndose en víctima y victimario al mismo tiempo”
Vega fundó la compañía hace 25 años I Cedida

El Pazo da Cultura de Narón acogerá el sábado –20.00 horas– la primera representación del 25º aniversario de la compañía canaria Unahoramenos. Será con su nuevo espectáculo, “Protocolo del quebranto”, una reflexión sobre los efectos devastadores de la guerra. Su director, Mario Vega, participará la víspera, en el café-teatro –20.30–, en una mesa redonda sobre este mismo tema junto con los periodistas Nicolás Castellano y Ebbaba Hameida y la fotógrafa Anna Surinyach.

 

Hace un año comenzó a tomar forma esta nueva obra con su viaje a Ucrania. 
Hace tiempo decidimos hacer un espectáculo sobre las migraciones, después sobre los refugiados y queríamos hablar sobre los motivos que llevan a la gente a migrar y a refugiarse, es decir, sobre la guerra. Cuando estalló la de Ucrania, decidimos hacerlo, así que nos documentamos, nos desplazamos –hace un año estuvimos en Kiev haciendo 19 entrevistas en profundidad a víctimas directas–, pero no para abordar el conflicto en sí en Ucrania, sino para documentar el proceso de ser víctima en una guerra.

 

¿Y de ahí surgieron los tres protagonistas? 
De esas entrevistas extrajimos tres personajes para construir un espectáculo de ficción alrededor del abuso de poder en el entorno de la guerra y el dolor. De ese modo presentamos a un periodista afectado por una mina que es encontrado por unos vendedores de armas para establecer así una relación de poder a tres que simboliza las que puede ser entre Rusia y Ucrania, entre Estados Unidos y Rusia o entre Palestina e Israel. De ese modo, cada uno de estos seres humanos, que son despojos de la sociedad, terminan representando inconscientemente las diferentes líneas de poder, cómo cambia de manos y cómo el dolor profundiza y transforma. Partimos de una premisa: que la guerra es un cáncer y que todo lo que toca se convierte en metástasis, así que por muy buena intención que lleve cualquiera, quien llega a una guerra termina convirtiéndose en víctima y en victimario al mismo tiempo. 

La dureza de la obra está en sintonía con la trayectoria de Unahoramenos... 
Engancha perfectamente con el proyecto. Es dura, pero, pese a ello, es una obra vivencial, es decir, la cercanía, los elementos que la componen y la relación que se establece provoca que, en un momento dado, el público deje de ser el espectador de una obra de teatro y pase a tener una experiencia vital que lo pone en otro lugar y que lo remueve por dentro.

 

No puedes llevar al escenario las historias reales más duras que te han contado porque son tan duras que parecen mentira 

 

¿La realidad es siempre más dura que la ficción?
A nosotros nos ha pasado siempre que hemos hecho trabajo de campo, tanto con migrantes como con refugiados del campamento de Moria: al final no puedes elegir las historias más duras porque puestas encima de un escenario son tan duras que parecen mentira. Nos ponen ante una realidad a la que no estamos acostumbrados y eso acaba generando una empatía del dolor. Lo que más nos une a los seres humanos no es el amor, sino el dolor. El dolor es una tábula rasa, el dolor nos iguala. Hablando con uno de los expertos que nos asesoraron, le decía: yo nunca mataría a nadie. Pero tampoco me gustaría verme en la situación de que alguien estuviese amenazando a un ser querido y tener un rifle en la mano porque cuando llega una guerra, toda la escala de valores se transmuta y podría hacer cosas que, sobre el papel, ni siquiera me plantearía.

 

¿Cómo calificaría el trabajo actoral de Marta Viera, Luifer Rodríguez y Mingo Ruano? 
Lo podrá ver el público: el nivel de implicación y de entrega que tienen los tres intérpretes es absolutamente increíble. Su trabajo es conmovedor.  

 

¿Cómo encaja el público una obra de esta naturaleza? 
Hemos tratado temas muy duros, como el de los refugiados, en el que el público directamente no aplaude: sale en silencio y crea esa especie de ceremonia. En este se aplaude mucho como reconocimiento al trabajo de los intérpretes, pero ese retorno necesita un proceso emocional que no llega hasta el día siguiente a través de redes sociales. Se necesita un tiempo para procesar el golpe que te has llevado y entender la magnitud del proyecto. 

Mario Vega: “Quien llega a una guerra termina convirtiéndose en víctima y victimario al mismo tiempo”

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