No estábamos en Ramos, pero este domingo fue de estreno, y por partida doble. El primero, a las 11.00 horas en la iglesia del Socorro, donde el Tercio de María Santísima de la Piedad de la Cofradía de Dolores bendijo el hermoso manto al que tanto esfuerzo le dedicaron sus cofrades, tal y como expresó una emocionada Carmen Insua, su organizadora.

Es una pieza de ajuar que “hemos ansiado tener hace muchos años”, obra de Enrique Carrascal que, precisamente, no pudo acabarse para 2024 como estaba previsto por un problema de salud del bordador de Cumbres Mayores (Huelva). Es de estilo clásico, bordado a mano con la técnica del “recorte”, tiene una cenefa que decora el perímetro con motivos vegetales y el escudo de la Piedad en el centro.

Más tarde, a las 20.00 horas, en una iglesia del Carmen en la que no cabía ni un alfiler —estaba la senadora Verónica Casal, los ediles Javier Díaz Mosquera y Patricia Cons, además del presidente de la Junta, César Carreño, y el comisario de la Soledad, José Evia— comenzó la misa presidida por el obispo García Cadiñanos que precedió a la bendición de la bellísima talla del Cristo de la Buena Muerte que pisará las calles de Ferrol el Martes Santo.

El imaginero sevillano Jesús Cepeda, autor de la talla, no pudo acudir a la presentación, pero envió unas cariñosas palabras a la hermandad de Ferrol Vello: “Creedme, cada golpe de gubia en esta imagen fue una oración y cada sombra tallada un acto de fe. Para mí es un honor indecible que mi obra encarne la figura de Jesús de Nazaret en una ciudad tan rica en fervor y tradición como lo es Ferrol”, valoró.