Un naronés cubre en doce horas corriendo las cuatro etapas del Camino Inglés

Roberto González realizó la semana pasada su particular peregrinación a Compostela, con salida desde Ferrol y en cuatro jornadas, lo habitual, salvo que él lo hizo corriendo, sin detenerse hasta el final de cada etapa
Un naronés cubre en doce horas corriendo las cuatro etapas del Camino Inglés
Roberto González tras llegar a Santiago de Compostela el pasado viernes

Roberto González  (Narón, 1975) culminó hace unos días con éxito su particular peregrinación a Santiago. Su motivación para embarcarse en este desafío no ha sido religiosa, pues asegura que no es creyente, pero sí que guarda cierto misticismo, ya que, tras un año muy positivo, entiende que su esfuerzo realizando este reto es una forma de agradecer a la vida las cosas buenas que le han ocurrido en este 2024.


Roberto no llegó a la Plaza del Obradoiro y se fue a sellar su compostelana, esa no era su motivación, pero sí se hizo la foto de rigor, la misma que hacía tras finalizar cada etapa para dejar constancia del hito que supuso para él cubrir los más de 110 kilómetros que separan Ferrol de Compostela corriendo y en cuatro jornadas consecutivas. “No hice paradas, ese era el objetivo de mi reto, hacer cada una de las etapas sin detenerme hasta llegar a destino”. Aunque asegura que en la penúltima etapa el cansancio acumulado ya se notaba mucho en sus piernas, en ningún momento pensó en abandonar esta hazaña que guardará para sí y los suyos en su memoria.


De esta  aventura se queda con la satisfacción de haber sido capaz de cumplir el reto, pero también con algunas personas que tuvo ocasión de conocer en el camino y con algunos momentos, como cuando otros peregrinos a los que adelantaba corriendo le arengaban, y en varios idiomas.

 

 “Un italiano tras verme correr empezó a gritarme grande, grande, molto grande..., fue bonito recibir el ánimo y el apoyo de la gente”, asevera González.

 


Deportista habitual 
 

Roberto no precisó de una preparación previa, pues forma parte del club de atletismo Castro de Lobadiz y además es militar de profesión. “Yo estoy habituado a correr unos diez kilómetros casi a diario y hago una ruta algo más larga en fin de semana, en el Camino he tenido que hacer una media de 20 y 30 kilómetros al día, pero a excepción de la penúltima jornada, donde las dudas sobre si las piernas resistirían se hicieron más presentes, pero al final todo salió bien”, indica este deportista naronés que forma parte del referido club ferrolano, que sostiene que algo así solo se puede hacer si tienes la preparación adecuada.


Roberto González considera que lo que le resultó más complicado de su reto personal fue el hecho de tener que cargar con la mochila durante la ruta, ya que al correr se mueve bastante.


Recuerda cada una de las cuatro etapas y destaca que tal vez la segunda, por ser la que acumula más tramos en pendiente, fue la más difícil. Podría serlo la última, ya que el cansancio acumulado hacía mella, pero en ese caso concreto sostiene que “la adrenalina por cumplir el reto fue más fuerte que el propio cansancio y la pesadez de las piernas”.

 


Etapas de dos o tres horas


Roberto empezó el recorrido del Camino Inglés el pasado martes en el muelle de Curuxeiras y corrió sin descanso hasta llegar a Pontedeume en esa primera etapa de 28 kilómetros. El miércoles cubrió otros 20 kilómetros más que separan Pontedeume de Betanzos, donde pasó la noche en el albergue. Esta ha sido la ruta más corta pero también la más difícil. Asimismo, el jueves corrió de Betanzos a Poulo, casi 34 kilómetros más y el último día de Poulo a Compostela, otros 30 kilómetros, que los cubrió ayudado por el impulso del sentimiento del deber cumplido, en su caso un reto que se había fijado él mismo.
Aunque se hospedó en dos albergues, asegura que siguiendo su ritmo, el de cubrir cada etapa en un margen de tiempo de entre dos y tres horas, “llegaba muy temprano a mi destino y me quedaba un poco tirado esperando a que abrieran la instalación para poder ducharme y relajarme”.


En cada una de las etapas hacía una foto a modo de fin de trayecto y también capturaba la información que le facilitaba su pulsera inteligente sobre distancia recorrida, ritmo de carrera, desnivel y hasta tiempo en movimiento.  Así, este naronés de 49 años se ha demostrado a sí mismo que querer es poder, que los retos están para cumplirlos y que el Camino de Santiago, en este caso la ruta marítima con salida de Curuxeiras, en Ferrol, se puede recorrer de muy variadas maneras, sellando o no la Compostelana, aunque eso, como indica el propio Roberto González, “ha sido lo de menos para mí”.

Un naronés cubre en doce horas corriendo las cuatro etapas del Camino Inglés

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