Por los mares del mundo existen grandes buques de pasaje con zonas destinadas a la celebración de obras teatrales y grandes espectáculos, pero es mucho más difícil encontrar barcos dedicados exclusivamente al teatro. De hecho, en España solo existe una nave mercante dedicada en su integridad a llevar a cabo obras teatrales. Y no se trata de un buque que incluya un teatro, sino que la nave es el propio espectáculo en el que se llevan a cabo las obras cuando se encuentra atracada al muelle.
Este barco-teatro, de segunda mano y que sustituyó a otro ya desguazado, pertenece al grupo teatral catalán La Fura dels Baus, y responde al nombre de “La Naumon”. El buque se caracteriza por estar propulsado parcialmente por una vela rígida que reduce su consumo de combustible.
El “Naumon” fue un proyecto único, nacido de la mezcla de un barco de carga y del deseo de llevar a cabo un espectáculo. Este antiguo mercante rompehielos noruego, de apenas sesenta metros de eslora, casi siempre se utilizó como “show boat”, bien para llevar a cabo espectáculos en su interior (en cubierta o en las bodegas), o bien para realizar grandes eventos con los espectadores en los muelles.
Durante su primera etapa como buque mercante, el “Naumon” se dedicó a la navegación de cabotaje por los mares del norte de Europa hasta que, en el año 2003, La Fura dels Baus lo escogió para hacer realidad su proyecto de convertirlo en un barco dedicado a hacer eventos. Para llevar a cabo este proyecto el buque fue reacondicionado para poder convertirse en teatro y que pudiera alojar público. Como no pudo convertirse en un buque de pasaje, por exigencias de las normativas, se tuvo que convertir en un buque “no convencional”, adaptado para poder realizar espectáculos en su interior en puerto.
Astilleros Freire, en Vigo, se encargó de llevar a cabo la transformación del buque. Esta, básicamente, consistió en llevar a cabo los trabajos exigidos por la Sociedad de Clasificación para poder mantener la clase, ya que el barco se encontraba muy deteriorado estructuralmente.
Se construyó un nuevo mamparo de colisión hasta la cubierta superior y, para llevar a cabo las obras que interesaban a la compañía teatral, se cortaron las brazolas, se creó una nueva cubierta para uso de los actores, y se fabricaron nuevos accesos para que hasta mil personas pudieran acceder a la bodega. También se dotó al buque de nueva grúa y un nuevo palo para llevar a cabo los espectáculos.
Finalmente, el “Naumon” pasó a bandera española, inscribiéndose en el Registro Especial de Canarias (REC), dándose de baja en el registro de conveniencia de San Vicente y Granadinas (isla del Caribe).
Dos años después, en 2005, el Naumon volvió a Galicia, a A Coruña, para dar el pistoletazo de salida de la Volvo Ocean Race y poder presentar un evento inol-vidable. En él, un farero acompañado por un gran cañón de luz dio paso a la primera de las escenas que conjugaron el folklore tradicional gallego con el estilo teatral de La Fura.
Los episodios se sucedieron hasta que emergió la figura de Carlos Núñez desde la bodega del barco para interpretar una pieza en solitario.
Pero lo más espectacular llegó cuando una gran grúa catapultó a una treintena de actores por los aires, por encima del público, tras los que aparecieron dos gigantes, uno simbolizando al “marinero eterno” y el otro a una “mujer anfibia”.
El nuevo buque que ha sustituido al “Naumon”, y que la Fura ha bautizado en femenino como “La Naumon”, es un viejo barco comprado en Alemania, con una eslora similar al anterior. En Astander, un astillero cántabro, se llevó a cabo la conversión para reducir el consumo de combustible mediante la instalación de una vela rígida de 22 metros de altura, similar a un ala de un avión, pero en vertical y abatible.
La cubierta de “La Naumon” es un gran escenario de más de 250 metros cuadrados, y su bodega, gracias a 18 contenedores pintados de colores, se ha transformado en un espacio para exposiciones y actuaciones con capacidad para 600 personas. La propuesta de La Fura es hacerlo más sostenible volviendo a utilizar, tal como hizo Elcano, el viento como forma parcial de propulsión.
La vela, de aluminio y fibra de vidrio, equipada con un mecanismo de abatimiento y un sistema de control autónomo, es una tecnología validada en el sector para cumplir con las regulaciones de reducción de emisiones de la Organización Marítima Internacional (OMI). Su instalación fue rápida y sencilla, y se espera que del resultado de este proyecto de instalación se obtenga una reducción del consumo de combustible de hasta un 30%. Además, la vela de succión también formará parte de una de las principales escenografías del teatro del viento, aunque, de momento, el barco lleva varios meses atracado.
*Raúl Villa Caro es doctor ingeniero naval, oficial de la Armada, capitán de Marina mercante y secretario de la Fundación Exponav