Navantia se ha hecho con el contrato de 62 estructuras de soporte de eólica marina –jackets– para el futuro parque de Iberdrola en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa, y que tendrá una potencia instalada de unos 500MW. Se trata, por tanto, no solo de uno de los mayores proyectos de estas características en marcha, sino también la primera vez que la eléctrica confía la construcción de todos sus elementos a una sola compañía –durante el proyecto East Anglia One, por ejemplo, la producción de los soportes y los anclajes se dividió entre Fene, Asturias, China y Arabia Saudí–, que tendrá lugar, previsiblemente, en las instalaciones del grupo naval público en la ría de Ferrol.
A pesar de que ni la eléctrica, ni ninguna de las dos compañías que forman la Unión Temporal de Empresas (UTE) encargadas de la fabricación –Navantia y la asturiana Windar– fuentes cercanas al proyecto han mostrado seguridad en que este se concretará en breve. Del mismo modo, tal y como recoge la agencia Europa Press, en un principio se apostaría por la construcción de estructuras de tres patas, idénticas a las utilizadas por la eléctrica vasca en el parque East Anglia One, para el que las instalaciones de Fene fabricaron 42 unidades. Así, de concretarse el proyecto y producirse la firma en breve, se estima que la construcción comenzará entre los últimos meses de 2019 y los primeros de 2020.
Construcción española
Tal y como se señaló anteriormente, la construcción de las estructuras se realizará íntegramente en España y, si nada se tuerce, en las instalaciones fenesas. Es importante destacar que, como en el caso de las estructuras flotantes del parque escocés Kinkardine, siempre existe la posibilidad de que parte de las unidades se deriven a las factorías del sur de la península, aunque teniendo en cuenta la cantidad de carga de trabajo que poseen en la actualidad y la crítica situación del naval gallego, esta parece remota.
Otra de las incógnitas que por el momento giran alrededor de este contrato es quién se encargará de la fabricación de los anclajes de las estructuras al fondo marino y de las subestaciones eléctricas del parque. De continuar con la distribución de tareas que Iberdrola llevó a cabo en sus anteriores proyectos, lo más probable es que las primeras sean construidas por Windar en Avilés, Asturias, mientras que en el caso de la segunda posiblemente irá a parar a las instalaciones de Navantia en Puerto Real, en la bahía de Cádiz.
Balón de oxígeno
El anuncio de este contrato supone todo un balón de oxígeno para el naval ferrolano, que desde hace meses se encuentra en estado crítico por la perspectiva de falta de carga de trabajo hasta el inicio de la construcción de las fragatas F-110, que tendrá lugar previsiblemente a lo largo del año 2020.
Este nuevo proyecto traería consigo más de un año de actividad para los astilleros ferrolanos, especialmente para la industria auxiliar, la más perjudicada en períodos de parálisis laboral. No obstante, se especula también si la concreción de este proyecto relegaría al olvido la fabricación de un nuevo AOR propuesta por patronal y sindicatos, o si, por el contrario, daría más tiempo al Gobierno a materializar la firma.
Venta millonaria
La noticia, de la que Iberdrola no ha querido hacer comentarios, coincide con el anuncio de la venta de un 40% de los activos de la eléctrica vasca del parque East Anglia One a la australiana Macquarie.
Tal y como señaló la corporación, los beneficios de esta operación serán destinados a la realización de nuevas inversiones en el mercado offshore, lo que podría suponer una gran oportunidad de futuro para Navantia Fene.