Con el frenetismo de los últimos toques aún por dar, Clandestino Silentium Club se prepara para abrir sus puertas en Narón, 1.000 metros cuadrados divididos en dos plantas que tienen cabida para todo aquello que uno pueda imaginar.

“Desde una sala de reuniones hasta un local de ocio nocturno”, explica la gerencia de este espacio, con Patxi Ferreiro a la cabeza. Él, que lleva más de 30 años dedicados a la hostelería, tiene claro que este espacio tiene unas posibilidades enormes. El amor por su profesión y la fe en el municipio naronés hicieron que el negocio cayera en las manos de quien está detrás de 100 Budas, el Clandestino o el que fue el Juventud. 

Ahora, en esta nueva andadura, la intención es crear dentro de esta gran nave un espacio “dedicado al fénómeno “urban food”, donde se pueda encontrar comida callejera de diferentes partes del mundo, pero sin olvidarse de una comida más casera y tradicional”, avanzó el gerente.

Pero esto no es lo único que ofrecerá Clandestino Silentium. La música parece no tener final durante los fines de semana, puesto que los viernes estarán dedicado al más puro rock, con actuaciones en directo –tanto de grupos locales como foráneos–,  y el sábado será un local de ocio nocturno, pero “de los veintitantos para arriba”.

Un guiño al sector

Los domingos, por su parte, tampoco tienen nada que envidiar. Se hace un guiño al gremio, los grandes olvidados de las fiestas: los hosteleros. Así, y como bien expuso Ferreiro, “queremos que todos aquellos que salgan de trabajar y libren un lunes puedan tener un espacio donde disfrutar sin la necesidad de salir de la zona”. 

Un espacio de 500 metros cuadrados por planta ofrece un sinfín de posibilidades, aunque también es un “reto muy grande”. La capacidad de semejante nave hace que el equipo piense en ir más allá, ofreciendo, de esta manera, su espacio a todas “empresas, academias o grupos”, que lo puedan necesitar. 

Para ello cuentan con equipamientos tecnológicos o sistema de sonido que permiten hacer de sus habitaciones una sala de juntas perfecta pero que, además, puede contratarse con servicio de catering adicional. Desde una discoteca a un coworking, un inmueble destinado al uso y al disfrute, de día y de noche. No hay nada que mejor defina a Silentium que su capacidad de versatilidad. 

El día 22 abren sus puertas, primero para amigos y familia y, a partir de las 23.30 horas para público general. Ahora están trabajado el “detalle del detalle”, que se dejará entrever entre los cócteles, los focos y la música de la noche del viernes.