A comienzos del pasado mes de septiembre este Diario se hizo eco de la solicitud del Partido Verde australiano de una revisión por parte de la Comisión Anti-Corrupción de la adjudicación del contrato SEA 5000 a BAE Systems; un proyecto de desarrollo de fragatas al que también optaba Navantia –y en el que, antes del Brexit, se posicionaba como favorita– y que resultó especialmente controvertido tras ser elegida una propuesta que no cumplía buena parte de los requisitos iniciales.
Como se señaló en la mencionada información, este trámite se ha convertido en uno de los factores que podrían favorecer al grupo naval español en caso de un cambio de planes por parte del Gobierno australiano, siendo el otro un informe independiente del estado de la flota –bautizado como ”Surface Fleet Review”– encargado por Canberra. Así, como informaron recientemente los diarios especializados Defence Connect y Naval News, el mencionado informe ya ha sido entregado y, aunque permanece clasificado, algunas de sus sugerencias comenzaron en los últimos días a ver la luz.
Uno de los puntos que destaca Naval News sobre el informe, elaborado por un equipo liderado por el vicealmirante William Hilarides de la Armada de los Estados Unidos –ya retirado–, es que se han evitado “recomendaciones sustanciales” en los proyectos actualmente en marcha. Esto parece garantizar que el Gobierno mantendrá en vigor el controvertido encargo de las fragatas Type 26 de BAE Systems –algo por otra parte lógico dados los problemas diplomáticos que podría acarrear aun con el retraso de 19 meses que arrastra, como ya sucedió en 2022 con los submarinos encargados a la francesa Naval Group–, aunque con matices.
Y es que, como ya se anticipaba desde hace meses, parece que el análisis sí plantea no solo la reducción del número de navíos del proyecto de nueve a seis, sino que también recomendaría adoptar un sistema de dos niveles –Tier 1 & 2, en inglés– que permita tener más barcos de menor tamaño.
“El análisis de la capacidad de combate de la flota de superficie de la Armada ayudará [a que ésta] sea adecuada para su propósito y apropiada para nuestras circunstancias estratégicas”, señaló el viceprimer ministro australiano, Richard Marles. Asimismo, el mandatario abordó la intención del Gobierno de dar una respuesta oficial a este informe durante los primeros meses de 2024, aseverando que se tomarían “el tiempo necesario” para “considerar este análisis” de cara a asegurar que su flota permanece “equilibrada”.
Centrándonos en el sistema de dos niveles, desde Naval News se recuerda que el informe aún no es público, pero ofrece su propia interpretación de este nuevo paradigma.
De este modo, en el “Tier 1” se situarían los navíos de mayor volumen pero menor operatividad, como los destructores de la clase “Hobart” –basados en el diseño de las fragatas F-100 de Navantia–; mientras que en el “Tier 2” estarían buques de menor tamaño pero más versátiles, como corbetas o patrulleras. Curiosamente este potencial cambio de estructura otorga una considerable ventaja a Navantia, que, recordemos, realizó dos propuestas entre septiembre de 2022 y febrero del presente año que se adaptarían a la perfección a este sistema.
Así, ante el retraso de las Type 26, el grupo naval español ofreció al Gobierno australiano, como medida para cubrir sus necesidades estratégicas, otros tres destructores de la clase “Hobart”, además de seis corbetas “Alfa 3000” muy similares a las que está desarrollando para Arabia Saudí. Esta propuesta –eso sí, no solicitada–, no solo encajarían con la estructura a dos niveles del informe, sino que además comenzarían a entregarse a partir de 2029, meses antes de que entrase en funcionamiento la primera unidad de las fragatas de BAE –de no retrasarse más–. A esto habría que sumar el ofrecimiento por parte de Navantia de dos opciones de fabricación –local, más cara, o en España, más barata–, lo que da un mayor margen de maniobra al Ejecutivo de Canberra.
La otra cara de la moneda en esta situación es que, ante la coyuntura de BAE, la empresa pública española parece no ser la única en haber puesto sobre la mesa del Gobierno australiano propuestas para cubrir esa suerte de “agujero” estratégico.
Según detalle Naval News, Babcock Australasia habría presentado el pasado mes de agosto tanto a Australia como a Nueva Zelanda su fragata “Arrowhead 4000”, ya en funcionamiento en Armadas como la británica, la polaca o la indonesia. Asimismo, la publicación especializada también menciona una propuesta de la filial local de la alemana Lürssen –patrulleras de la clase “Arafura”, que ya opera en la Armada australiana– e incluso de las coreanas Hyundai y Hanwha.